El Museo Británico descifra los enigmas de la piedra Rosetta

La piedra Rosetta , uno de los objetos más visitados del Museo Británico , fue descubierta el 15 de julio de 1799 por un destacamento militar francés que, bajo las órdenes de Pierre-François Bouchard, desenterraba una antigua fortaleza en la ciudad de Rashid, en el delta del Nilo. Pero fue mucho después, hace exactamente 200 años, cuando el erudito francés Jean-François Champollion (1790-1832) consiguió decodificar lo que estaba escrito ella: un decreto sacerdotal en el que se reconocía la soberanía del faraón Ptolomeo V y cuyo texto aparece en tres versiones: jeroglíficos, demótico y griego antiguo. A partir de este mes y hasta el 19 de febrero del próximo año, este bloque de granito que pesa unos 760 kilos y que es un fragmento de una antigua estela egipcia es la pieza central de la exposición 'Jeroglíficos: descifrando el antiguo Egipto' , una muestra que, explicaron fuentes del Museo, «marca uno de los momentos más importantes en nuestra comprensión de la historia antigua: el desciframiento de los jeroglíficos egipcios». Así, explora las inscripciones y los objetos que ayudaron a los estudiosos a descifrar los secretos de una de las civilizaciones más antiguas del mundo. Caminando por una de las salas de la famosa institución, los visitantes se encuentran con más de 240 objetos cuidadosamente iluminados y colocados, entre los que hay valiosos préstamos de colecciones nacionales e internacionales, muchos de los cuales se muestran por primera vez. En una línea de tiempo, está «trazada la carrera hacia el desciframiento, desde los esfuerzos iniciales de los viajeros árabes medievales y los eruditos del Renacimiento» hasta «Champollion y el inglés Thomas Young (1773 - 1829)». «Desde poesía de amor y tratados internacionales hasta listas de la compra y declaraciones de impuestos, la exposición revela historias fascinantes de la vida en el antiguo Egipto», detallan desde el museo, y añaden que «además de una creencia inquebrantable en el poder de los faraones y la promesa del más allá, los antiguos egipcios disfrutaban de la buena comida, de escribir cartas y de hacer bromas». Estas características de la sociedad de entonces sólo se conocieron en toda su dimensión una vez que los jeroglíficos fueron descifrados y ahora el público puede, al mirar de cerca las reliquias que han sobrevivido al paso del tiempo, acercarse a ella de un modo particular, en un recinto que ha sido concebido para mostrar toda la belleza de los objetos protagonistas. La muestra, minuciosamente diseñada, es una delicia no sólo para los fanáticos de esta civilización, sino para quienes se quieran acercar a ella por curiosidad o para conectar por primera vez con una época que marcó la historia y que sigue fascinando a medio mundo. Vista de la exposición sobre jeroglíficos en el Museo Británico Efe Búhos, cocodrilos, halcones, corazones, les hablan a los espectadores en un mágico lenguaje del que es imposible no sentirse prisionero por un rato. Los comisarios de la exposición logran sumergir al espectador en un cuento, o en una canción en un idioma que no entendemos pero que aún así nos emociona con su melodía, y que fue, al fin y al cabo, la herramienta de comunicación de todo un grupo humano. «Muchas personas en el antiguo Egipto no sabían leer ni escribir, por lo que el idioma se disfrutaba a través de lecturas, recitales y actuaciones». De ahí que el equipo aprovechara la tecnología para « dar vida al lenguaje junto con los objetos expuestos«. Y es que como parte de la interpretación, el Museo Británico ha trabajado con colegas egipcios y ciudadanos de la ciudad de Rashid, la actual Rosetta, que prestaron sus voces para la muestra. Ilona Regulski, responsable de cultura egipcia escrita en el Museo Británico, consideró que «el desciframiento de los jeroglíficos marcó el punto de inflexión en un estudio que continúa revelando secretos del pasado». Y es que su labor no acaba, sino que cada vez se abren más líneas de investigación. »El campo de la egiptología está tan activo como siempre«, puntualiza esta experta, quien añadió que »sobre la base de 200 años de trabajo continuo de académicos de todo el mundo, la exposición celebra nuevas investigaciones y muestra cómo los egiptólogos continúan dando forma a nuestro diálogo con el pasado ». Una pieza de la exposición Efe Entre los préstamos excepcionales de la exposición se encuentran el conocido como sarcófago de Hapmen , construido en granito negro aproximadamente en el año 600 a. C., que está cubierto con jeroglíficos e imágenes de dioses. «Se creía que los jeroglíficos tenían poderes mágicos y que bañarse en él podría aliviar los tormentos de amor». También está el vendaje de la momia de Aberuait del Museo del Louvre de París, que nunca se ha mostrado al público en el Reino Unido. Fue adquirida durante «uno de los primeros eventos de desenvolvimiento de momias en el siglo XVII», y algunos de los asistentes recibieron una pieza de lino con jeroglíficos inscritos en ella. También está en la sala el papiro ilustrado del 'Libro de los Muertos' de la reina Nedjmet , de cuatro metros de largo y más de 3.000 años. Este valioso y raro documento contiene hechizos rituales destinados a ser pronunciados para demostrar «el poder de la palabra hablada». Noticias Relacionadas estandar Si Howard Carter regresa al palacio de Liria en el centenario del hallazgo de la tumba de Tutankamón Mónica Arrizabalaga estandar No Zahi Hawass lanza una nueva ofensiva para que el Reino Unido devuelva a Egipto la piedra Rosetta ABC Hartwig Fischer , historiador alemán y director del Museo Británico, expresó que «al descifrar el código de un idioma perdido hace mucho tiempo» nuestra «comprensión de esta increíble civilización» es cada vez mayor y supone «una ventana sin precedentes a la gente del pasado y a su forma de vida». «Por primera vez en milenios» una vez descifrado el misterio, « los antiguos egipcios pudieron hablarnos directamente ».