Desde que la televisión privada irrumpió en España en los 90, esta ha sufrido una evolución marcada siempre por la tensa competición entre canales que luchaban por su pastel de share, adaptando, o intentándolo al menos, los contenidos a lo que el gran público quiere ver después de una jornada de trabajo.
En esa jungla de formatos, a modo de rey león en la selva, quien llevaba la batuta del éxito y tenía casi un idilio con fórmulas mágicas para arrasar en audiencia era el hasta este lunes CEO de Mediaset España, Paolo Vasile.
Una figura que históricamente ha sido asociada a los espacios de entretenimiento que más se recuerdan en la pequeña pantalla de nuestro país, desde aquellas 'mamachicho' de Tutti Frutti, a la importación del fenómeno Gran Hermano o los formatos de corazón que han coronado el Everest de los datos de audiencia durante décadas.
Nacido en Roma en 1969, el productor italiano siempre ha defendido que al público «le da lo que pide»,
Cuestionable en ocasiones, según parte de la crítica, pero infalible. En hallar lo que triunfa en pantalla Vasile siempre ha tenido ojo, guste o no.
Nacido en Roma en 1969, el productor italiano siempre ha defendido que al público «le da lo que pide». Y, al tiempo que regalaba a las masas su dosis diaria de telerrealidad, 'salseo' o entretenimento en su máximo esplendor, ya pensaba en el siguiente paso que dar o la nueva revolución que abanderar desde su trono de visionario.
Con el adiós de Vasile como Consejero Delegado de Mediaset se acaba una era de hitos audiovisuales que, pese a las críticas y censuras morales, él supo apuntalar antes que nadie.