Pilar González España: la traducción, viaje literario
Traducir es siempre un acto de creación. O de recreación. Un viaje, dice Pilar González España (Madrid, 1960), a otra lengua, a otra cultura, a otro tiempo. Un viaje que puede convertirse en aventura literaria, si la lengua a verter al castellano es el chino. O en una auténtica aventura espiritual , si la escritora a traducir es una mujer como Li Qingzhao . El máximo refinamiento que se puede alcanzar por medio de la poesía. La tragedia máxima, cuando los pies de los bárbaros pisotean todo signo de civilización. Un personaje literario verdaderamente excepcional. Poeta, dramaturga, declamadora, traductora, profesora… Pilar llegó a la literatura a través de la voz. Su abuelo le legó aquella enciclopedia de veinte tomos y siete mil páginas ilustradas que se llamó 'El Tesoro de la Juventud', y ella se quedó prendada, gracias a una hepatitis a los nueve años, del tomo dedicado a la poesía. Traducciones, sobre todo, de los grandes poetas franceses, que la leía en voz alta y recitaba, cada vez que había ocasión, a su familia. Una rareza, la declamación, que sigue marcando aún buena parte de su vida. Porque quizás en la literatura, dice, todo empieza (y al final todo termina) con la voz. Con el sonido electrizante de las palabras. Recitar a Aleixandre Un poco más tarde, su primer amor literario fue Gustavo Adolfo Bécquer , una de cuyas rimas adaptó para escribir su primer poema, dedicado a su abuela. Y más allá de Bécquer pasó a recitar de memoria los poemas de 'Pasión de la tierra', de Vicente Aleixandre . «Las agujas del aire estaban sobre las frentes: / qué oscura misión la mía de amarte». Y con aquellos versos se fue a la Universidad Complutense, a estudiar Hispánicas. Iba para ciencias, dice, pero sus profesores del Kostka (sobre todo don Agudo) le recomendaron que variara el rumbo hacia la escritura, después de ganar el concurso literario del colegio. Las fronteras de las hispánicas se le abrieron enseguida a l os escritores franceses y a los rusos , y un día, con 20 años, por puro capricho (o por pura necesidad) se puso a traducir 'La cabellera', de Maupassan t. De ahí, un salto enorme que sin duda cambió su vida: estudiar Lengua, Literatura y Civilización Chinas en Francia, en la Universidad Michel de Montaigne de Burdeos, condición indispensable para poder trabajar como profesora de chino en España. Allí, estudiando la lengua, Pilar González España entrevió la inmensa «grieta» que existía en las traducciones de poesía clásica china al español. Se lio, dice. Y comenzó una carrera que le ha llevado a publicar textos de la dinastía Song, de la dinastía Yuan, y de autores como Si Kongtu, Lu Ji, Wang Wei o Zhuang Zi . Y, sobre todo, de Li Qingzhao, la protagonista de su próxima novela, en la que lleva enredada ya más de diez años. Una «entrega de vida» y un paralelismo, además, con nuestro tiempo: la incursión de la barbarie, que tanto tiene que ver también con «el apocalipsis del lenguaje y de la propia poesía». Casi una posesión poética, asegura, que solo se podrá exorcizar mediante la prosa de una novela… Cada traducción, una investigación profunda: «días sin tiempo ni límites». Y la conciencia de que lo importante es el amor y el respeto por lo que dice el autor, su comprensión total. Y después el trabajo fino de reconstrucción en otra lengua, tratando de encontrar «la magia, el tono, el más allá» de cada poema. Algo para lo que el chino, desde su propia concepción lingüística, abre siempre un infinito mundo de sugerencias y posibilidades. Y entre los hallazgos de los hallazgos, además del caudal Qingzhao, su aproximación a las teorías poéticas de los clásicos chinos, algo que allí es un auténtico género literario desde tiempo inmemorial, y que contrasta, dice, con la excepcionalidad del 'ars poética' entre los autores occidentales. Además de sus traducciones, esenciales para acercarnos con pasión y con rigor a una literatura ciertamente poco conocida entre los lectores españoles, Pilar González España es autora de sus propios libros de poemas, desde 'El cielo y el poder', aparecido en 1997 con Hiperión, hasta el último, 'El cabello más largo que mi amor', de 2014. De dos obras de teatro: 'La destrucción de Sodoma' y 'Las hijas de Lot'. Y de innumerables recitales y puestas en escena de poesía, siempre de acuerdo con aquella primera voz que despertó sus sentidos siendo aún una niña. Empeños que la encuentran ejerciendo, desde hace 24 años, como profesora de Lengua y Pensamiento de Asia Oriental en la Universidad Autónoma de Madrid. Y ahora mismo preparando, de turbio en turbio, una «antología contundente» de la poesía clásica china, que pronto verá la luz. Nuevas estaciones de un viaje literario al otro lado del mapamundi que no cesa.