Solo sé que no sé nada
Es una duda clásica, que se repite en el mundo empresarial, el de la ciencia y el de la creatividad artística: ¿Qué es preferible: un borde que sea un soberbio profesional o alguien encantador que al final resulte un mediocre y apenas aporte? Lo ideal sería combinar los dos valores positivos, porque se puede ser un genio y al tiempo una buena persona y de talante agradable. Pero si no se puede tener todo, casi mejor un cabroncete de aportación sobresaliente, tipo Steve Jobs, a un cordialísimo incompetente... Читать дальше...