El calentamiento del mar trae peces subtropicales al mar Cantábrico
«El agua está más caliente que nunca, parece el Mediterráneo». Puede que usted también haya escuchado este comentario, o que incluso lo haya pronunciado, si este verano se ha acercado en algún momento a la costa del Cantábrico , un mar con fama de «fresco», buscando alivio para las altas temperaturas de un verano asfixiante. Las boyas que controla en ente público Puertos del Estado, que depende del Ministerio de Transportes, constatan que el calentamiento del mar es algo más que una sensación. Este verano se han registrado temperaturas récord de más de 24ºC en un mar cuya temperatura suele oscilar entre los 11 grados del invierno y los 21 de los meses más cálidos. Desde el Instituto Azti (Centro Científico y Tecnológico especializado en el medio marino dependiente del Gobierno vasco) confirman que el calentamiento del agua es real. En sus estudios explican que hasta la década de los 80 las temperaturas máximas se situaban entre los 22 y 23 ºC y que, sin embargo, «desde los 90 superamos siempre los 23 ºC». Este incremento de la temperatura, señalan, está modificando el hábitat marino y provocando una «redistribución» de la biodiversidad en el golfo de Vizcaya . Lo constata Gorka Ocio, uno de los mayores expertos en fauna marina de la costa vasca que lleva años organizando salidas al mar para avistar cetáceos. «Hemos notado que cada vez se ven más especias propias de aguas neotropicales », explica a ABC. Son peces característicos de las aguas de Canarias, de Cabo Verde o del Mediterráneo, que este verano también han decidido hacer una visita a las aguas del Cantábrico. Es el caso de los peces vela , un pez espada que se caracteriza por tener una aleta dorsal muy grande y que es típico del Índico, del Pacífico o del Golfo de México. «Es la primera vez que lo veo por aquí», asegura Ocio. Lo mismo está ocurriendo con los marlines , los peces ballesta o las llampugas típicas del mediterráneo. Incluso este verano han llegado a avistar una ballena jorobada , un cetáceo del que apenas se tiene constancia en las costas vascas. Los estudios elaborados por el instituto Azti añaden que a esta llegada de especies propias de otras latitudes se une un fenómeno que está provocando el « desplazamiento » de algunas especies tradicionales de la costa vasca. Manuel González, Almudena Fontán y Guillem Chust, expertos en el funcionamiento de los ecosistemas marinos, han constatado que el calentamiento del mar a nivel global está provocando que muchas especies marinas se acerquen más hacia los polos. es el caso del verdel o la caballa. En sus estudios han detectado que la puesta de este pez se ha desplazado unos 16 km hacia el norte por década desde 1992. En el caso del bonito , la joya de la corona de los pescadores vascos, los investigadores han detectado que la llegada de ejemplares al golfo de Vizcaya se ha adelantado dos días desde la década de los 80, algo que atribuyen al «calentamiento del mar del Atlántico tropical y subtropical».