Valoración de ABCPlay
La historia de esta batalla es fascinante, aunque no tanto como esos dos personajes
Oti Rodríguez Marchante
Thomas Alba Edison fue para el último cuarto del siglo XIX lo que todo Silicon Valley para el del siglo XX, al que le encendió la bombilla y abrió las ventanas para que echara a volar. En 1940 Clarence Brown ya lo retrató en su película «Edison, el hombre», con un Spencer Tracy familiar y apasionado. Ahora, Alfonso Gómez-Rejón se acerca al personaje y pone el acento no en su biografía sino en la batalla que mantuvo con George Westinghouse por la transmisión de la energía eléctrica y el debate que surgió entre la corriente continua y la corriente alterna, que cada uno de ellos defendía.
La historia de esta batalla es fascinante, aunque no tanto como esos dos personajes (al que se suma el de Nikolai Tesla, que no alcanza en la película su verdadera dimensión), y el director intenta contar los hechos con narrativa clara y ordenada, a pesar de lo cual no puede evitar que las ideas, conflictos y detalles técnicos y humanos se empastelen. Y tal vez esto ocurra por los problemas de producción, material filmado y montaje (la película es de 2017, y la colisión entre Harvey Weinstein y el director, además de la caída en picado del productor, han sido factores cruciales en el resultado final). Cumberbatch le pone fiebre a su Edison y Michael Shanon, serenidad y talante a Westinghouse, pero sin transmitir auténtica electricidad, salvo en el instante de pequeña confesión: ¿qué sintió Edison la primera vez que atrapó la luz en una ampolla de cristal y brilló?