El hundimiento
Si el PP fuera una empresa cotizada, sus accionistas estarían sumidos en la desesperación al ver cómo sus títulos se desplomaban y su patrimonio, a veces fruto de la especulación pero otras construido con los ahorros de toda una vida, se evaporaba; la directora de marketing tendría bloqueadas sus comunicaciones; el director general habría cesado; y en cuanto al consejero delegado, los inversores principales ya estarían sentados con él negociando su salida. Cierto es que el ejemplo está muy manido... Читать дальше...