Ni Sissí, ni Klimt, ni Mozart. Simplemente Viena
A través de los cristales, el ruido de los tranvías se cuela hasta el fondo del bullicioso café. Ya hace un rato que ha amanecido en Viena y aunque es sábado la calle se presenta repleta, llena de vida, lista para estrenar el fin de semana. No estamos en uno de los tradicionales establecimientos que machaconamente repiten las guías turísticas para que los visitantes crean desayunar en las entrañas del Imperio. Nada de eso, el bar, en las cercanías del Ringstrasse, es atendido por una chica asiática que responde en un perfecto inglés. Читать дальше...