Del entrenamiento a la grada y de la grada a su casa, sin pisar el viejo campo del Calderón, se volvió una desesperante rutina en la vida de Raúl Jiménez que se planteó el regreso al futbol mexicano. Llegar de un día para otro y sin ningún fogueo europeo al Atlético de Madrid, uno de los equipos más intensos y exigentes de la época, puso en riesgo la carrera de un joven futbolista que había afilado los colmillos de voraces buscadores de talento. Con buena planta, educado y facilidad para el remate... Читать дальше...