Desde hace unos años se han vuelto los ojos hacia el campo de una manera melancólica y de denuncia. En gran parte, desde la mirada de quienes ya no habitan entre las calles de sus pueblos ni viven en el aislamiento forzoso al que son sometidos sus habitantes en España. Páramos, desiertos interiores, vacío intensísimos que forman barreras inimaginables para quienes disfrutan de los servicios y atenciones de una ciudad media. Hace un año, «La España Vacía», de Jorge del Molino, resucitó el debate de la despoblación... Читать дальше...