Ron Howard: «Nunca me he sentido del todo a gusto actuando»

Cuando uno piensa en el cine, uno de los nombres que inevitablemente vienen a la mente es el de Ron Howard (Oklahoma, 1954). A punto de cumplir los 66 años, el aclamado cineasta, ganador de dos Oscar en 2002 por «Una mente maravillosa», estrenó hace algunas semanas en España el largometraje-documental «Pavarotti», en el que repasa la vida del reconocido tenor Luciano Pavarotti. Una película que, tal y como él mismo reconoce a ABC, le ha hecho convertirse «en un apasionado» de la ópera. P - ¿Cómo le llegó la oportunidad de ponerse al frente de Pavarotti? R - Tuvimos una gran experiencia rodando «The Beatles: Eight days a week», un documental sobre Los Beatles que hicimos hace algunos años. Funcionó muy bien y después de hacerlo, un buen número de productoras nos presentaron ideas y nuevos proyectos. Cuando nos comentaron la opción de hacer una película sobre Pavarotti, lo cierto es que me interesaba mucho la idea de explorar el mundo de la ópera a través de su punto de vista y en conocer cómo era su figura, cómo consiguió llevar la ópera hasta el máximo nivel. P - ¿Qué quería enseñar con esta película-documental? R - En primer lugar, su música. Sabía que podíamos hacer un gran trabajo en ese sentido, porque queríamos recrear la atmósfera que abarcaba a Pavarotti de manera visual y sonora. Y plasmarla de la manera en la que él aparecía sobre el escenario, hasta conseguir llamar tanto la atención del público. Y además de ello, Pavarotti era una persona muy divertida y carismática, muy alegre y a la que le encantaba entretrener a los demás. Pero aparte, el documental también presenta grandes sorpresas: su infancia con la Segunda Guerra Mundial, su vida después de la Guerra, las controversias con respecto a sus amores, la connotación dramática de varios aspectos de su vida... Son aspectos que yo creo que son potentes y muy emocionantes. P - El largometraje está cosechando muy buenas críticas allá donde va... R - En Estados Unidos funcionó muy bien y tuvimos muy buenas críticas. Allí era muy conocido, como lo era en todo el mundo. Pero la gente se ha sorprendido mucho por todo lo que han aprendido acerca de Pavarotti, y también al respecto de la conexión emocional que existió a lo largo de su vida. También ayudó mucho la música, claro. Creo que mucha gente que no sabía mucho acerca de la ópera ni sobre la vida de Pavarotti se ha interesado mucho por la película. P - Y como usted mismo me decía hace un momento, esta no es su primera incursión musical... R - Para ser honestos, he escuchado mucho más a los Beatles que a Pavarotti. Pero en ambos casos, el punto principal del documental no era la música. La música es un valor muy importante para la audiencia, que también es algo muy interesante a la hora de llevar a cabo un documental. Pero ambas historias son muy distintas. Los Beatles eran como una banda de hermanos que vivieron en un breve pero extraordinario periodo de la historia, tanto para ellos como para el resto del mundo. Pavarotti era un privilegiado, alguien en un millón, un valor atípico que salió de un pequeño pueblo de Italia y que alcanzó la grandeza gracias a su voz. Llevó su estatus hasta límites insospechados y tuvo el coraje de utilizar su talento para intentar cambiar el mundo. P - ¿Llegó a conocer a Pavarotti? R - Lo hice muy brevemente un día, en Hollywood, en un evento privado, creo recordar que en los Globos de Oro, a finales de los ochenta o principios de los noventa. Era una habitación llena de superestrellas de la música, del cine y de la televisión... pero cuando Pavarotti llegó, ¡se convirtió en la gran estrella allí presente! Empezó a saludar a todo el mundo, de un lado para otro de la sala. Y yo estaba allí. De hecho, me cambié de sitio solo para conocerle. Nos dimos la mano y bueno, no sé si él sabía quién era yo. Ni siquiera si sabía que yo formaba parte de la industria del cine. Pero su carisma y su gran corazón me parecieron totalmente diferenciales. P - La película también explora a «Los Tres Tenores», ese grupo que Pavarotti creó junto a los españoles Plácido Domingo y José Carreras. Domingo, por cierto, que en los últimos tiempos ha sido acusado por presuntos abusos sexuales... R - No he podido hacer todas las entrevistas en persona, por lo que no he podido conocer bien a Plácido y José. Pero la historia da para hacer un documental aparte sobre «Los Tres Tenores», acerca de cómo se conocieron y comenzaron a hacer música juntos. Aunque lo más sorprendente es que nunca puedes anticiparte a la audiencia, ni a lo que piensas que los demás pueden pensar cuando haces cualquier tipo de proyecto. Luciano intentó democratizar la ópera llevándola a China y a otros países, pero lo que «Los Tres Tenores» hicieron por la ópera nunca se vio y nunca se verá. Eran únicos. P - A pesar de su dilatada trayectoria como director, también le hemos visto delante de las cámaras en casi cien proyectos. ¿Dónde se siente más cómodo? R - Nunca me he sentido del todo a gusto actuando, porque no me encanta. Me gusta mucho más dirigir. Pero me gustaría volver a actuar algún día. Aunque sea, para ver si he aprendido algo de todos los grandes actores con los que he trabajado. En ese sentido, la productora que fundé con Brian Grazer es muy ambiciosa. Así que, ¿por qué no?