La Comunidad de Madrid y la UCM toman las primeras medidas contra los plagios

Primero fue la tesis doctoral plagiada por la ya ex directora general de Educación Concertada, Ayudas y Becas de la Comunidad de Madrid y antigua directora general de la Camilo José Cela (UCJC), Concepción Canoyra . Después le tocó el turno a José Luis Málaga, un directivo de dicha universidad, que se doctoró en la Complutense con la misma tesis que su jefa, pero cuatro años más tarde, en 2016. En menos de 48 horas, ABC ha destapado dos escándalos relacionados con el plagio de tesis doctorales que han despertado la reacción de las instituciones afectadas. De todas menos de dos. La UCJC y el Ministerio de Universidades, que dirige Pedro Duque, prefieren esquivar el problema. La Comunidad de Madrid y la Complutense (UCM), por el contrario, ya han movido ficha para intentar esclarecer el escándalo. A primera hora de la mañana, el Consejero de Ciencia, Universidades y Educación de la Comunidad de Madrid, Eduardo Sicilia, ha remitido una carta al rector de la UCJC, Emilio Lora-Tamayo, tras conocer que un directivo de la universidad que dirige se doctoró en la Complutense con la misma tesis, que ya estaba plagiada, que leyó Canoyra en 2012 apenas cuatro días después de que Pedro Sánchez se doctorase. «Nos queda, en esta Consejería, una lógica preocupación en la medida en la que estos hechos afectan a la reputación y prestigio de nuestras universidades y docentes», ha subrayado Sicilia en la carta que ha enviado al máximo dirigente de la UCJC, a quien emplazó a mantener un encuentro «a la mayor brevedad posible». Este gesto del Gobierno de la Comunidad de Madrid marca un punto de ruptura con la postura que sostuvo hace unos meses cuando estalló el escándalo del presidente del Gobierno y su tesis. Entonces la Consejería de Educación se mantuvo al margen. Ahora, ese mismo departamento, que dirige esta vez Sicilia, propuesto por Ciudadanos aunque dentro del Ejecutivo que encabeza la popular Isabel Díaz Ayuso, ha reaccionado de manera casi inmediata solicitando audiencia al rector de la UCJC, que vuelve a estar envuelta en un problema por plagio en tesis doctorales. En esta reunión, Sicilia preguntará al rector por los mecanismos, herramientas y procedimientos que emplea esta universidad para velar por que no se repitan fraudes educativos como los destapados por ABC, que en virtud de las últimas revelaciones salpican también a la Complutense. De inmediato Horas después de que trascendiera el contundente mensaje del consejero de Universidades, fuentes oficiales de la Complutense han confirmado que ya está en marcha una investigación con carácter reservado para determinar cómo fue posible que, en 2016, un directivo de la UCJC les «colara» una tesis doctoral plagiada. El procedimiento, de carácter interno, corre a cargo del vicerrectorado de Estudios y la Escuela de Doctorado, aunque desde la institución educativa aclararon que, para tomar las medidas oportunas, antes debe registrarse una queja formal en la universidad. Esta reclamación puede firmarla cualquiera que se sienta perjudicado por este caso, pertenezca o no a la comunidad educativa. Este tipo de quejas suelen correr a cargo, como explican fuentes universitarias, de los afectados directos. Es decir, investigadores a los que han plagiado o incluso profesores que consideran que actuaciones poco éticas, como es el caso de copiar la producción científica de terceros, desvirtúa su labor cotidiana. Una vez que finalice la instrucción de este asunto, si el resultado de la investigación refrenda la existencia de una tesis plagiada de manera literal de otra, la Complutense podría incluso llegar a retirar el título de doctor al profesor que sea señalado como el plagiario. Cuando ABC contactó con Málaga, el directivo de la UCJC que se doctoró cuatro años más tarde con la misma tesis que Canoyra, sostuvo que él no había copiado su investigación. Sin embargo, al analizar su documento, hay detalles que juegan en su contra. Un ejemplo es que, pese a haberse doctorado a finales del año 2016, el directivo de la UCJC no actualiza los datos aportados por Canoyra, que datan del año 2011 en el caso más reciente. Tibios La rapidez con la que tanto la Comunidad de Madrid como la Universidad Complutense han adoptado las primeras medidas para intentar aclarar el escándalo contrasta con la postura del Ministerio de Universidades y la Camilo José Cela. La reacción desde el gabinete que dirige Pedro Duque se limita a derivar el problema a la esfera autonómica. «Corresponde a la Inspección Ordinaria de las Comunidades Autónomas velar por el cumplimiento de las normas de su sistema de enseñanza superior», resolvió el Ministerio ayer, justo después de que Canoyra dimitiera. Hoy, cuando se ha celebrado el tradicional Consejo de Ministros de cada viernes, Duque podría haber aprovechado la oportunidad para comparecer ante los medios y aclarar las cuestiones relativas al control que existe en las universidades para evitar casos de plagios como los recientemente destapados. Pero esto no ha corrido y, como informa Víctor R. Almirón, el ministro Duque ha preferido mantenerse en un segundo plano. Hacia otro lado miró también, más si cabe ante la magnitud de los plagios desvelados, la UCJC. Hasta media tarde no ha emitido un comunicado en el que, sin hablar de investigación, ha anunciado que ha «iniciado las actuaciones correspondientes para analizar los hechos y decidir las medidas que ha de llevar a cabo». El organismo universitario también asegura que los procesos administrativos de ambas tesis fueron los correctos y amenaza con ser «contundente» si queda acreditado que algún profesional hubiera tenido un «comportamiento impropio». Se le olvida a la UCJC que la propia Canoyra dimitió y que el plagio de Málaga es tan evidente que habla por sí solo.