La Guardia Civil cree que habían creado la mayor fábrica de contrabando de tabaco de Europa . Los detenidos operaban en naves que estaban situadas entre el País Vasco y Navarra. El grupo criminal internacional había creado una estructura dedicada a la producción ilícita de cigarrillos que posteriormente distribuían por toda Europa. La operación conjunta de la Guardia Civil de Navarra y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, que ha contado con el apoyo de la Unidad Central Operativa (UCO) deja 16 personas detenidas . La operación Baserría (caserío en euskera) arrancó después de que la Guardia Civil tuviera conocimiento de que se estaban realizando actividades sospechosos en varias explotaciones agrícolas y ganaderas de Pamplona. En concreto, sus sospechas se centraron en diferentes áreas de la Cuenca de Pamplona y de la Comarca Norte de Aralar, en la Comunidad Foral de Navarra. Las primeras investigaciones apuntaron a que en esos lugares se estaban llevando a cabo «actividades ilícitas», lo que llevó a los agentes a poner en marcha diversos dispositivos de vigilancia . Según han explicado este miércoles los responsables de la investigación, realizaron numerosos seguimientos discretos tanto a los propietarios como a los trabajadores de las fincas. Sobre todo les resultó sospecho que tomaran fuerte medidas de seguridad para no ser descubiertos. Noticia Relacionada SUCESOS estandar No ¿Ha vuelto la moda del tabaco oral? Laura Bautista Está prohibido por el riesgo de enfermedades, sustancias tóxicas y cancerígenas, e incluso sustancias radiactivas como el Polonio-210 Durante las labores de vigilancia comprobaron cómo esas personas sospechosas mantenían reuniones en restaurantes con camioneros a los que, tras la comida, guiaban hasta naves situadas en polígonos industriales situados en el País Vasco y Navarra. Allí los vehículos realizaban cargas y descargas de «productos paletizados y almacenados». Esa infraestructura dispersa les permitía pasar desapercibidos . Según ha explicado Víctor Obarrio, capitán jefe de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Navarra, de esa manera podían mover tanto la materia prima como el material necesario de un lado a otro «dificultando así su detección». «Aunque se desarticulase una de las naves, podían seguir actuando en la siguiente», ha añadido, lo que permitía que su «dinámica delictiva» no se viera afectada. Una vez identificada una gran infraestructura, y sospechando que los cargamentos pudieran estar llenos de hojas de tabaco y cajetillas de cigarrillos comerciales, los agentes solicitaron autorización judicial para entrar en los locales. En total se han practicado cinco registros , incluyendo una fábrica, varias naves y un domicilio. Según los datos facilitados por la delegación del Gobierno en Navarra, se han incautado más de tres millones de cajetillas de tabaco, más de 27 toneladas de hoja de tabaco y más de tres toneladas de picadura, así como maquinaria y precursores para la elaboración de las cajetillas. Condiciones infrahumanas Ha resultado especialmente relevante el registro realizado en una nave de la localidad navarra de Larraun-Aldatz (Navarra). Sus libros de registro demuestran que se trataba de una fábrica de «alta actividad». Los agentes creen que podría tener capacidad para fabricar 3.175.000 cajetillas ilegales al mes, lo que supone un millón de cigarros diarios . De hecho, los documentos incautados reflejan que hasta su desmantelamiento había producido casi 14,5 millones de cajetillas. Los agentes estiman que el grupo criminal podría haber obtenido beneficios económicos de casi 80 millones de euros. Todo ello lo conseguían además, mediante la explotación laboral de varios trabajadores de nacionalidad ucraniana. Y es que, los agentes también descubrieron en uno de los registros que en una de las naves había seis inmigrantes encerrados. Los cabecillas de la trama habían construido para que vivieran una suerte de nave secundaria. Los investigadores la han descrito como una gran caja hermética con todas las salidas bloqueadas por un candado que servía de «alojamiento precario». La única entrada estaba, además, oculta detrás de un montón de paja para pasar desapercibida ante posibles inspecciones. «Trabajaban en unas jornadas muy por encima de las permitidas y residían en condiciones infrahumanas», ha asegurado José Luis Arasti, delegado del Gobierno en Navarra. Al parecer, la banda les obligaba a realizar jornadas de entre diez y doce horas y no les permitía abandonar nunca las instalaciones de la fábrica, ni siquiera para comprar bienes básicos. En total la operación se salda con 16 personas detenidas , seis de nacionalidad española, siete ucranianos y tres búlgaros. Están acusados de hasta siete delitos : contrabando, pertenencia a grupo criminal, delito contra los derechos de los trabajadores, contra la propiedad industrial, contra la hacienda pública, contra la salud pública y trata de seres humanos. La Guardia Civil también ha abierto diligencias contra los trabajadores clandestinos como participantes en la trama, aunque se encuentran en libertad a la espera de una resolución judicial.
