Cuando escribo estas líneas aún resuena uno de los clamores más hondos que han podido oírse sobre la guerra de Ucrania. Hablo de las suplicantes y conmovedoras palabras del Papa Francisco que, con la voz entrecortada, pero firme, el pasado día 13, domingo, tras el rezo del Ángelus, sin mencionar explícitamente a Vladímir Putin, exclamó: «¡En nombre de Dios, escuchen el grito de los que sufren, pongan fin a los bombardeos y a los ataques! ¡En nombre de Dios, les pido que detengan esta matanza!». Al oír al Pontífice... Читать дальше...