Viene el día calcinando piernas y pulmones de los ciclistas del Giro, aguacero en la salida, lluvia y frío en la llegada, perneras y protecciones, penurias camino de Sestola en una jornada que no tiene nada de transición porque la carrera italiana también se ha grapado a la moda de la Vuelta. Hay puertos determinantes el cuarto día, pequeñas colinas que lo rompen todo, lenguas de asfalto como el Cole de Passerino, escenario del penúltimo alarido del landismo.
El landismo es un movimiento entusiasta... Читать дальше...