La dureza del impacto que soportaron tanto el
Alpine como su piloto,
Fernando Alonso, en el accidente que el asturiano sufrió en el
GP de Estados Unidos de F1, fue enorme. El español estaba acelerando al máximo, a estela de
Lance Stroll, en plena recta. Se salió de la aspiración para completar su adelantamiento, pero justo en ese instante, Stroll se movió muy tarde y provocó una peligrosa colisión.
Alonso vio como las parte delantera de su coche se levantaba y dijo haber pasado "miedo" porque no sabía cómo impactaría contra las barreras protectoras laterales. Finalmente, tras el choque lateral, llegó un golpe seco contra el suelo de sus dos ruedas delanteras. Parece increíble que el coche aguantara, y de igual manera, que
Fernando pudiera continuar la carrera con fuerzas suficientes para realizar una remontada para el recuerdo que la FIA empañó con una polémica sanción posterior.
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