Tras la vergüenza del Jueves Santo, el
Barça ha decidido tomar cartas en el asunto para que no vuelva a ocurrir una invasión como la alemana y para que las gradas del
Camp Nou se llenen con sus abonados y, en su defecto, con socios sin butaca o con aficionados culés. El objetivo es tan loable como deseable. En este sentido, en el día de la comparecencia de
Laporta, el Presidente habló de la posibilidad de llegar a retirar el abono a esos socios que ni van nunca, ni liberan su asiento. La idea pasaría por obligar a una ratio mínima de asistencia por temporada para no perder el puesto. Esta exigencia podría terminar con la práctica de esos abonados pasotas que cifran entre 15.000 y 20.000. Hasta en tres ocasiones,
Laporta citó los Estatutos del Club para poner de relieve que las butacas son “una cesión de uso para una sola temporada”. Y lo decía con tanta rotundidad que, incluso, llegué a pensar que era cierto. E insistía: “La definición del abono es clara: es la cesión por una temporada de un derecho a uso”. Pero cuando vas a la fuente original, lees los Estatutos colgados en la web del Club y en ningún artículo se habla de la duración ni del derecho de uso de los abonos, te escama tanta retiración en el lapsus. Pero no pasa nada. Las leyes del Club están para cambiarlas. Igual que con el código ético se confeccionan trajes a medida, con los Estatutos pasará lo mismo, hasta encontrar la brecha por donde “castigar” a los abonados que pagan, se quedan en el sofá y perjudican al Club y al equipo
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