“Convocar nuevas elecciones en Israel es una gran apuesta para Netanyahu”
Israel volverá a las urnas el 17 de septiembre. Será la segunda vez en un mismo año en la que los israelíes tengan que celebrar elecciones tras el fracaso de las negociaciones para formar Gobierno.
LA RAZÓN entrevista al experto Hugh Lovatt, investigador especializado en Oriente Próximo del European Council on Foreign Relations (ECFR) para conocer las claves de estos nuevos comicios.
Benjamin Netanyahu ha sido incapaz de lograr una mayoría parlamentaria porque su aliado tradicional, Avigdor Lieberman, ha rechazado que su partido se una a la coalición. ¿Cuál ha sido el principal punto de fricción para rehusar a Netanyahu?
A pesar de que Lieberman es un ex aliado de Netanyahu, recientemente, los dos han chocado a menudo. Fue la dimisión de Lieberman sobre cómo había manejado el Gobierno la situación de seguridad en Gaza lo que ostensiblemente llevó a la convocatoria de elecciones a principios de este año. Si no hubiera sido por Gaza, hubiera sido por la legislación sobre el alistamiento de los ultraortodoxos en las Fuerzas Armadas Israelíes (IDF). Ambos asuntos, una respuesta más fuerte a Gaza y el aumento de los alistamientos de ultraortodoxos, son demandas claves hechas por Lieberman durante las negociaciones para formar una coalición. Un compromiso se pudo haber encontrado respecto a Gaza. Sin embargo, fue finalmente la falta de compromiso respecto al asunto ultraortodoxo lo que frustró las conversaciones dado que los partidos ultraortodoxos (Shas y Judaísmo Unido de la Torá) eran un bloque esencial para la nueva coalición de Netanyahu.
De un primer vistazo, la postura maximalista de Lieberman está en desacuerdo con el relativamente pequeño mandato del que disfruta, con cinco escaños, y el hecho de que apenas logró sobrepasar el mínimo de votos para entrar en el Parlamento. Pero hay una inteligente, aunque muy arriesgada, estrategia a largo plazo en juego. El partido de Lieberman (Yisrael Beiteinu) es visto tradicionalmente como el hogar político de la comunidad rusa judía en Israel. La comunidad rusa israelí se está convirtiendo en una fuerza política que se moviliza menos. Esto podría disminuir la base electoral de Lieberman y plantea un peligro existencial a su partido. En respuesta, Lieberman puede que esté tratando de usar una posición fuerte contra los ultraortodoxos, y las advertencias de que Israel se está convirtiendo en una “teocracia” para aumentar su atractivo más allá de la comunidad rusa y establecerse como la vanguardia de los partidos seculares de derechas. La jugada puede funcionar o resultar contraproducente.
¿Castigarán los votantes a Netanyahu por llevarles dos veces a las urnas en un mismo año y ser incapaz de formar Gobierno?
Aún es demasiado pronto para saber quién lo sufrirá. En un sondeo publicado el miércoles, Yisrael Beiteinu pasa de 5 a 9 escaños. Aun así, las dinámicas electorales israelíes son muy volátiles y las cosas pueden cambiar rápidamente una vez que comience la campaña. Con todo, lo que es más probable es que otros partidos de derechas y ultraortodoxos dirijan su ira contra Yisrael Beiteinu. Por lo que la próxima campaña podría ser una lucha dentro de la derecha israelí, y potencialmente dentro del Likud, el rival de Netanyahu, Gideon Sa’ar hará un movimiento hacia el liderazgo. Otras figuras de derechas influyentes como Naftali Bennett y Ayelet Shaked (que no lograron pasar el umbral en las pasadas elecciones) inyectarán más impredecibilidad si cabe.
¿Podrá tener más éxito esta vez Benny Gantz?
El partido Azul y Blanco de Benny Gantz se enfrenta a los mismos asuntos ahora que antes. Principalmente, cómo hacer que crezca el bloque de centro izquierda. Pero como están las cosas, simplemente no hay suficientes votos en el actual bloque de centro izquierda que logren que funcione. Gantz y Lapid han intentado robar votos a la derecha al incluir a Bogie Yaalon y su partido Telem –pero eso no fue suficiente-. La otra única posibilidad para el bloque de centro izquierda es que aumente la participación palestina y con ella el número de escaños de partidos palestino-israelíes. Pero hasta ahora, Benny Gantz ha evitado cualquier compromiso con ellos.
¿Qué pasa con los problemas de Netanyahu con la Justicia? ¿El 17 de septiembre (día de las elecciones) está demasiado lejos para él?
La imputación formal contra Netanyahu ha sido ahora retrasada hasta octubre para así no interferir en el proceso electoral. Esto es similar a lo que ocurrió en el ciclo electoral anterior y sirvió a la perfección al deseo de Netanyahu de retrasar todo lo posible lo inevitable. Si Netanyahu gana otra vez, lo tomará donde lo dejó: socavado la investigación e intentando protegerse de la acusación a través de la legislación de la Knesset. Si pierde las elecciones, estará en graves problemas. Por lo que convocar nuevas elecciones es una gran apuesta para él.