El arrestado por tres de los asesinatos de Gilgo Beach, acusado de la muerte de una cuarta mujer

Rex Heuermann, el arquitecto arrestado por los conocidos como asesinatos de Gilgo Beach, ha sido acusado de la muerte de una cuarta mujer . Se trata de Maureen Brainard-Barnes, que desapareció en 2007 y cuyos restos fueron encontrados más de tres años después en una carretera costera en Nueva York, informa AP. La acusación se produce medio año después de que fuera arrestado por matar a Melissa Barthelemy, Megan Waterman y Amber Lynn Costello. El presunto asesino no ha dicho nada durante la vista y seguirá retenido sin derecho a fianza. La audiencia se ha fijado para el próximo 6 de febrero. Según ha declarado su abogado, Mike Brown, Heuermann ha mantenido su inocencia desde «el día uno», al igual que se declara no culpable de los últimos cargos. Noticia Relacionada estandar No La esposa del sospechoso de los asesinatos en serie de Gilgo Beach le pide el divorcio tras su arresto ABC Su mujer no conocía la doble vida que llevaba el supuesto asesino, ya que Heuermann cometía los crímenes cuando su pareja y su hija se encontraban fuera de la ciudad Brainard-Barnes, de 25 años, fue la primera de las cuatro mujeres del caso de asesinatos de Gilgo Beach en desaparecer. Natural de Norwich, Connecticut, la víctima tenía 25 años y había trabajado como comerciante en el Foxwoods Resort Casino. Según AP, se dirigió a Manhattan para realizar un trabajo sexual y tenía pensado regresar al día siguiente. Además de los cuerpos de estas cuatro mujeres, por la zona se llegaron a encontrar otros seis . Según informa 'The Guardian', la Policía barajaba que todas ellas habrían muerto a manos de uno o más asesinos en serie. Por su parte, AP cita a investigadores que aseguran que probablemente Heuermann no fue responsable de todas las muertes. Cuando Heuermann fue arrestado, los investigadores estuvieron cerca de dos semanas revisando su casa, así como las zonas externas de la misma, como el jardín, el porche o el invernadero. En su búsqueda, los trabajadores dieron con cientos de dispositivos electrónicos que, según aseguran, contenían pornografía sobre tortura y exclavitud.