Los Reyes entran en las casas arrasadas por la gota fría en Orihuela

Niños en la puerta del colegio Monserrate -algún bebé en brazos- con dibujos y pancartas de saludo en varios idiomas, una mujer que regaló su retrato a Felipe VI en mano tras pasar la noche en vela para dibujarlo al carboncillo y, sobre todo, cientos de damnificados por la última gota fría sonrientes y consolados porque han tenido el privilegio de estrechar la mano de los Reyes de España, que visitaron por primera vez Orihuela y Los Alcázares. Galería de imágenes Vea la galería completa (14 imágenes) «Se van a llevar de regalo un tatuaje, con todos estos mosquitos», bromeaba detrás de la valla kilométrica una de las espectadoras del evento. La ocasión era tan histórica que el Oriol, la «Gloriosa Enseña» símbolo de este municipio límite entre Murcia y Alicante, rindió honores a los monarcas y «solo se inclina ante Dios y el Rey». Es más, no hay constancia histórica de que repitiera ese gesto en las visitas anteriores de Alfonso XIII en 1920, su padre, Alfonso XII (1879) por otra riada, ni con Carlos IV. Más recientemente, ayer entre la multitud recordaban algunas oriolanas a la Reina Sofía cuando vino en 1995 por la rehabilitación del Teatro Circo, que también se inundó en este último episodio de lluvias torrenciales de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos). Hasta la cochera La cercanía de los Reyes ha sido patente hasta el punto de que han entrado literalmente hasta la cochera de una casa en la pedanía de Molins, una de las zonas más afectadas (350 familias de 1.200 habitantes), donde se repitieron los vítores y los elogios de «guapa, guapa» para Letizia que les acompañaron durante dos horas de paseo sin prisas por calles de la Zona 0 del desastre. «Estoy temblando de miedo», comentaba emocionada por encontrarse con Felipe VI y Letizia cara a cara una alumna del colegio Jesús y María venida del municipio vecino de San Isidro, una visita escolar en grupo, todos uniformados, que nunca olvidarán. También saludaron uno a uno a voluntarios, policías, bomberos y otros efectivos de Emergencias que trabajaron durante las inundaciones, y vieron fotos de la catástrofe en 27 municipios en una exposición, tras reunirse con alcaldes, el presidente de la Diputación y el de la Generalitat. Por fortuna, el paisaje que se han encontrado en esta jornada calurosa tenía ya poco que ver con la imagen dantesca de hace unas semanas, con varios palmos de agua en todas las calles del centro más próximas al cauce del río Segura. De forma icónica, la señal de tráfico que indica la entrada a Orihuela sí conservaba el tono marrón del que la había impregnado el barro abundante de aquellas jornadas. Y en las inmediaciones del casco urbano abundan las zanjas y la erosión que ha dejado el paso de las avalanchas de agua. «A mí solo me afectó en un motor de la cámara frigorífica y la puerta de los aseos, que ahora va más dura, pero a muchos a mí alrededor les causó muchos daños, lo perdieron todo y todavía no han podido abrir», comentaba el dueño del Café Bar Harpo, que ha dejado un momento el establecimiento para ver de cerca a los Reyes, en la plaza de al lado de su establecimiento. Base aérea Después de Orihuela y su pedanía Molins, los monarcas han viajado a unos 50 kilómetros más al sur, al municipio murciano de Los Alcázares, donde también han sido vitoreados por las multitudes en varios recorridos. Antes de llegar, han hecho una parada en la base aérea de San Javier (Murcia) para mostrar su solidaridad y cercanía a los mandos del Ejército del Aire tras los accidentes que sufrieron dos aviones en la zona del mar Menor en los que murieron tres militares. Así, han trasladado sus condolencias a algunos familiares de las víctimas, el instructor Francisco Marín, fallecido el 26 de agosto, y el comandante Daniel Melero y la alférez Rosa María Almirón, cuyo siniestro ocurrió tres semanas después. Ya en los Alcázares, un grupo de vecinos ha aprovechado para exigir soluciones y mejores infraestructuras que eviten nuevas inundaciones. Entre el público, ha habido un grupo de varias decenas de vecinos que han exhibido una gran pancarta con el lema "Stop inundaciones. Queremos soluciones", para exigir a las administraciones que tomen medidas para arreglar las canalizaciones del municipio y despejar las ramblas que provocan los desbordamientos. "Necesitamos que no vuelva a pasar más", ha clamado una mujer, que ha denunciado la "dejadez" por parte del Gobierno central después de que el municipio también fuera víctima de las inundaciones en 2016. En ambas visitas en tierras alicantinas y murcianas, los Reyes han estado acompañados por el ministro de Ciencia en funciones, Pedro Duque, por los presidentes autonómicos, el valenciano Ximo Puig y el murciano Fernando López Miras, y los alcaldes, Emilio Bascuñana en Orihuela y Mario Cervera en Los Alcázares, así como por los delegados del Gobierno respectivos, Juan Carlos Fulgencio y Francisco Jiménez Los reyes han transmitido su felicitación por "la coordinación de todos los servicios y administraciones" y por la "profesionalidad de los servicios de emergencia", han informado fuentes de la Casa Real. También han elogiado "la capacidad de voluntariado" de la población y se ha interesado por el futuro económico de la zona, dependiente en buena medida del turismo. El alcalde ha entregado a los reyes dos cartas con reivindicaciones de afectados de Los Alcázares y del municipio vecino de Torre Pacheco, que también han expresado su protesta con una gran pancarta. La comitiva ha recorrido una exposición fotográfica para ver con más detalle las secuelas que dejó la gota fría, que obligó a evacuar a 469 personas, de las que una decena aún permanece alojada en otras casas. Según datos del ayuntamiento, unas 1.300 personas han solicitado ya las ayudas del Estado. Los reyes han encontrado un escenario muy diferente al que se vivió hace tres semanas en Los Alcázares y los municipios colindantes, con las calles ya limpias, después de que se haya baldeado todo el pueblo y se haya reparado la red de alcantarillado. El punto final de la visita ha sido en la playa, adonde los reyes han llegado después de atravesar el balneario de La Encarnación, que lo inauguró Alfonso XIII en 1904. Fernández Miras, el alcalde y el delegado del Gobierno les han descrito cómo se anegó todo el paseo y las labores que se van a acometer para tratar de recuperar el arenal, que don Felipe y doña Letizia han querido pisar con la manga del mar Menor como horizonte.