El relato gallego del siglo XVII

La primera de las tres grandes exposiciones que Santiago de Compostela albergará con motivo del Xacobeo 2021 se denomina «Galicia, un relato no mundo». Su sede será la Cidade da Cultura de Galicia entre el 8 de noviembre de este año y el 12 de abril de 2020. Tiene como mensaje fundamental crear un relato, mediante el pasado, presente y futuro, de la importancia de Galicia en la dinámica global, a través de más de 300 piezas entre las que habrá obras, personajes o historias que colocaban al territorio gallego en puestos de prestigio. Para ello, colaboran con la Xunta multitud de entidades y particulares. Por ejemplo, el Trinity College de Dublín, que sacará por primera vez «El libro de las invasiones» fuera de las islas o la más reciente incorporación, dos obras cedidas por el Museo Nacional del Prado. Son «El Paraíso Terrenal», de Pieter Brueghel el Joven, y «La muerte de Lucrecia», atribuido a Luca Cambiaso, «Luqueto». Estos dos cuadros formaban parte de la colección de Pedro Fernández de Castro, el Gran Conde de Lemos. Una figura de gran importancia durante el siglo XVII en el plano político ya que ostentó títulos de presidente de los consejos de Indias e Italia, el virreinato en Nápoles, además de Alguacil Mayor del Reino de Galicia. Formará parte de la exposición, pues es un aristócrata gallego muy importante, pero desconocido. «Era muy poderoso, de otra época. Tenía un papel vital para la administración y construcción del Imperio en tiempos de Felipe II», explica Manuel Gago, comisario de «Galicia, un relato no mundo». Además de ese papel, era un coleccionista de elevado prestigio en la España del siglo XVII gracias a sus misiones al servicio del Rey. «La exposición muestra la faceta del Conde de Lemos como poseedor de arte, pero explicando que contaba con una idea de arte diferente. No solo pintura y escultura, puesto que ampliaba fronteras con tapices y reliquias», señala Gago. Así, el público que acuda al Monte Gaiás podrá disfrutar de extractos de una pinacoteca que llegó a tener entre 2.000 y 3.000 obras. «La desgracia es que la mayor parte de las obras que eran propiedad de la familia Lemos y no se quedaron en Monforte terminaron perdidas. Estamos hablando de algo que si existiese en la actualidad sería uno de los mayores museos de Europa», indica el comisario. También explica la labor de la exposición relatando las figuras del siglo XVII. «Se trata de una reivindicación de figuras que se olvidaron para el público general. Es una Galicia muy conectada con el mundo e integrada dentro de las grandes corrientes de su momento, ya que los nobles diplomáticos y coleccionistas son las grandes figuras del siglo XVII. Cuando se habla de estos tiempos, en Europa siempre se hace referencia a este tipo de figuras. Personas al servicio de la Corona y «febriles» coleccionistas que tenemos en Galicia». Además de las piezas que vendrán a Santiago desde el museo de la capital de España, también podrán contemplarse tres obras prestadas por el Colexio de Nosa Señora da Antiga de Monforte: «El juicio final», de Giovani Bernardino Azzolino; «Santa Catalina de Alejandría», de Andrea del Sarto, y una reproducción del Retablo de Monforte pintada por Hugo van der Goes que está actualmente en la Gemäldegalerie de Berlín. Conde de Gondomar Además de Pedro Fernández de Castro, otra figura fundamental para entender la potencia de la aristocracia gallega en el siglo XVII es Diego Sarmiento de Acuña, el Conde de Gondomar. «Era un hombre hecho a sí mismo. Tenía un carácter diferente, pues era un magnífico gestor que fue prosperando junto al rey. Su cometido en Inglaterra fue fundamental, incluso llegó a vencer en varias ocasiones al pirata Francis Drake. Por otro lado, tenía una de las bibliotecas más importantes, pues era un lector ávido y le interesaba todo», comenta Manuel Gago. La exposición mostrará en sus piezas quién era y enseñará la historia de un gallego que alcanzó gran relevancia en Londres gracias a su cercanía al rey inglés Jacobo. Otro ejemplo más del relato a conocer de la Galicia retratada en el tapiz de la globalidad.