Vídeo: Pérez-Reverte «rescata» la injusticia que impidió Arturo Fernández

El actor Arturo Fernádez fallecía ayer a la edad de 90 años a causa de un tumor con un desenlace «rapidísimo». Y es que esta era la tercera vez en pocos meses que tenía que ser ingresado en el hospital. La noticia llegó pronto a oídos de amigos y más fieles admiradores, que no dudaron en recordar con cariño al eterno galán del teatro. Arturo Pérez-Reverte ha sido uno de tantos que no ha querido dejar de homenajear al actor. El periodista sorprendía publicando en su perfil de Twitter un vídeo protagonizado por Fernández, un fragmento perteneciente al programa «Gente maravillosa», de «Canal Sur». Se trata de un espacio en el que se pone a prueba a algunas personas para ver cómo reaccionan ante situaciones injustas. Éste era Arturo Fernández:https://t.co/JwmKtyhTsa— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) 4 de julio de 2019Los trabajadores del programa se citaron con el actor con la excusa de hacerle una entrevista sobre «Alta Seducción», obra que protagonizaba. Pero lo cierto es que el espacio estaba lleno de cámaras ocultas que serían testigo de una injusticia con el mejor desenlace. Durante su encuentro, Arturo pudo ver cómo se rechazaba a una azafata mayor para contratar a otra más joven -ambas ficticias aspirantes para trabajar en el teatro-, alegando que, a pesar de su experiencia, no era adecuada para el puesto por ser «demasiado mayor para un trabajo donde la imagen es muy importante». El actor, que estuvo muy pendiente en todo momento de lo que estaba sucediendo, finalmente decidió intervenir y preguntar al responsable de las entrevistas (actor) qué «defecto» tenía la mujer para que no quisiera contratarla. Manteniéndose de lo más educado en todo momento, el actor defendió a capa y espada a la candidata: «Ella se va a quedar», sentenciaba finalmente, tras intentar convencer al entrevistador. «Éste era Arturo Fernández», escribe Pérez-Reverte junto al vídeo, que ha rescatado del baúl de los recuerdos, y que es una clara muestra del gran corazón que poseía Arturo Fernández, el galán eterno.