José Antonio, o cómo humanizar la Justicia
A sus 53 años, José Antonio habla muy despacio y arrastra los pies lentamente apoyado en un bastón. Una enfermedad degenerativa ha dañado seriamente toda su dentadura y su memoria, además de tener que llevar una bomba de morfina adherida al costado izquierdo de su maltrecho cuerpo. Este miércoles, cuenta, le tenían que haber realizado dos analíticas y un tratamiento contra el tiroides en un hospital, y de nada le sirvió presentar los justificantes médicos. Tuvo que viajar desde Martos, en Jaén, para estar esta mañana en un juicio en la Audiencia Provincial de Toledo . Para llegar a tiempo, y dado su delicado estado de salud, salió de casa a las tres de la madrugada y recorrió más de 300 kilómetros en coche junto con su mujer, Marta. Creían que la vista oral era en Illescas, pero en los juzgados se dieron cuenta de que se habían equivocado de lugar y tuvieron que deshacer los kilómetros para llegar a tiempo a la Audiencia de Toledo. José Antonio subió muy despacio con su bastón, seguido muy de cerca por Marta, la empinada y vetusta escalera aunque hay un ascensor en el edificio. Sin resuello, llegó al vestíbulo de la imponente sala de la Sección Primera, mientras que en la otra, la de la Segunda -muchísimo más pequeña-, funcionarias de los juzgados de Illescas asistían a una jornada de inteligencia emocional. El hombre, que estaba citado para declarar en un juicio contra dos acusados por unos hechos ocurridos hace ocho años y medio, apareció antes de que empezara la vista oral gracias a que se retrasó una hora y 25 minutos. Miguel, uno de los dos procesados, murió hace unos años y la fiscal, que tenía su primer juicio en la Audiencia, retiró la acusación contra Isidro El caso que se iba a juzgar ocurrió en un pleno municipal en el Ayuntamiento de Casarrubios del Monte el 21 de diciembre de 2015. Uno de los procesados, Miguel, se dirigió aquella mañana a un concejal del PP, Francisco Javier, amenazándolo con expresiones soeces. «Ten cuidado con lo que publicas en Facebook porque te puedo dar un tirón en la polla o en otro sitio, o te puede pasar cualquier cosa», según el escrito del Ministerio Fiscal. Fue redactado en diciembre de 2017 y en él lo acusaba de un delito de atentado porque, además, agarró del pecho al edil, al que propinó un empujón y lo tiró violentamente contra la pared. El otro acusado era Isidro, padre de una concejal socialista por entonces, María Isabel. Dijo al final de aquel tumultuoso pleno a Francisco Javier que tuviera cuidado «con hacer llorar a mi hija o te puede pasar cualquier cosa» , según el Ministerio Público. Le imputaba un delito leve de falta de respeto a la autoridad y otro leve de lesiones porque lanzó puñetazo al edil que éste esquivó, pero que impactó en la cara de José Antonio, militante del PP que asistía como público. Noticia Relacionada estandar No Siete años y medio de prisión para cinco DDP por intentar matar a puñaladas a un trinitario en Toledo Manuel Moreno Reconocieron los hechos en el juicio y la Fiscalía de Toledo retiró el delito de participación en organización criminal Sin embargo, la sesión de este miércoles fue un visto y no visto. Duró dos minutos y 16 segundos. Miguel, uno de los procesados, murió hace unos años y la fiscal, una joven de 28 primaveras que tenía su primer juicio en la Audiencia, retiró la acusación contra Isidro, sentado ante el tribunal, porque los delitos ya habían prescrito. «¿Qué ha pasado?» , preguntó José Antonio al ver salir al personal de la sala en un tiempo récord. Le explicaron lo que había ocurrido y él se tuvo que ir por donde había venido, utilizando el ascensor, pero con el consiguiente gasto económico y, sobre todo, por el enorme esfuerzo físico que realizó para cumplir con la obligación de comparecer en el juicio. En la calle, contó que Isidro ya le pidió perdón un día. «Nos dimos las manos y, oye, tan contentos», recuerda José Antonio, que retiró la denuncia contra él. «Yo creo que, ante las peleas, está la gente que habla y no hay que pelearse. Lo que se lio aquel día en el ayuntamiento fue vergonzoso. Eso no es un ring de boxeo para que se pegue la gente», censura con dificultad al hablar. «A mí que sea una persona sea del PP o del PSOE me da igual; mientras que lo haga bien... ¿Por qué no voy a ser amigo de ella?», se pregunta mientras mira a María Isabel, la hija de Isidro que fue concejal socialista en el Consistorio de Casarrubios. Ahora este militante orgulloso del PP seguro que cuenta por WhatsApp su experiencia a Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, con quien se escribe a menudo. «Y él me responde», añade José Antonio mientras muestra el intercambio de los últimos mensajes con el líder socialista sobre su viaje a ningún juicio.