Marisquería El Yerno, la esquina de la felicidad
Siempre me ha resultado inquietante que resulte más sencillo escribir sobre grandes y rutilantes restaurantes con estudio de decoración o sobre cacareadas aperturas con más inversión que alma que sobre lugares tradicionales y humildes que reparten felicidad a sus clientes, sin necesidad de que una agencia o un departamento de marketing te lo tenga que recordar. Esos lugares donde el storytelling lo crean los parroquianos acodados en una barra y los regulares que acuden buscando exactamente lo que saben que van a encontrar. A veces lo evidente nos pasa desapercibido por habitual.
Francisco Javier Murillo – Paco, el Yerno – lo sabe bien porque regenta uno de esos lugares y lo escenifica desde esa esquina mágica del Mercado de Atarazanas, el mercado central de Málaga. Aquí la única sorpresa posible es no encontrarse a un conocido o que se acabe el grifo de cerveza. Porque lo demás es inmutable: la prístina frescura de los pescados y mariscos que pueblan la vitrina frente a la barra principal y donde se arreglan los crudos y cocidos; las excepcionales frituras, blancas, secas y crujientes que el jefe controla con una precisión de quirófano, y las brochetas y piezas que se tocan la plancha con acierto medido. Y, encima, Paco tiene la inquietud y el buen gusto de poner una buena colección de vinos bien seleccionados a disposición de sus clientes.
Suele ocurrir – y es algo muy habitual – que uno pare en El Yerno y lo que se preveía como un inocente aperitivo termine derivando en un homenaje pantagruélico a horas tempranas. Y sucede porque es este un secreto a voces entre hosteleros y aficionados de la ciudad – y, a estas alturas, ya de fuera también – y uno coincide allí con gente conocedora de este mundo, que sabe que esta es, quizás, la mejor y más genuina barra de la ciudad.
Tampoco tiene mucho sentido que describa la comanda porque son las lonjas y las pescaderías de La Pepa, Pescados González y Salvador y Lucas, proveedores habituales, las que marcan el ritmo. Y Paco, por supuesto. De su mano se puede recorrer el producto local en su máximo esplendor: conchas finas y bolos, mejillones, almejas, coquinas y navajas, búsanos y erizos si hay suerte, ostras y una tacita de caldo de pintarroja. Y quisquillas extraordinarias de la Caleta y gamba blanca de verdad. Y rojas de Almería y cigalas superlativas.
Puede que continúe la fiesta con unas brochetas de pulpo y unas piezas de atún – qué morrillo – o unos boquerones de alba a la plancha. Pero, sin duda, el punto álgido llegará con esas frituras canónicas: desde unas alcachofas o unas berenjenas a lo mejor de nuestro mar: boquerones, salmonetitos, calamares, gambas, calamaritos y todo lo que se les pueda ocurrir.
Y todo ello de pie, en un rincón del bullicioso mercado entre turistas, curiosos, proveedores, aficionados y vendedores de lotería. Clientes que saben a lo que vienen y otros que tienen la suerte de encontrárselo. Y bajo la firme batuta de Francisco, Paco, extraordinario anfitrión y hombre de barra, que capitanea su equipo – porque aquí también se cuida el servicio – como un director de orquesta metido a tabernero. De obligada visita para tomar el pulso a la ciudad.
Marisquería El Yerno
RECOMENDADO
Dirección y teléfono: Mercado Central de Atarazanas, puesto 185, CP 29005, Málaga/ Tlf. 607 328 081.
Valoración: 4.
Comida: 4.
Servicio: 3.
Ambiente: 2.