El Arzobispado de Valencia dice que apercibió al canónigo tras recibir quejas sobre las personas que le visitaban
El Arzobispado de Valencia ha explicado a través de un comunicado respecto a las circunstancias de la muerte del canónigo emérito de la Catedral Alfonso López Benito que «el secreto de sumario no se ha levantado» y, en consecuencia, «no tenemos información oficial de las noticias que revelan los medios de comunicación» . En la nota remitida este miércoles, el Arzobispado de Valencia recalca que «si lo publicado es verdadero, manifestamos el profundo dolor que nos producen los hechos narrados, que son manifiestamente contrarios a los compromisos de vida sacerdotal , asumidos libremente en el momento de la ordenación, y manifestamos nuestro pesar por el escándalo, el desconcierto y el dolor que causan a todos, muy directamente a los fieles, y especialmente a los miembros del presbiterio«. Al respecto, «confiamos plenamente en la acción de la justicia, y reiteramos que en el Arzobispado somos los más interesados en el pronto esclarecimiento de los hechos». Alfonso López Benito fue hallado muerto el martes 23 de enero en su domicilio de la calle Avellanas de Valencia. La Policía detuvo a un hombre acusado de su homicidio, que permanece ingresado en prisión provisional. De acuerdo con las pesquisas, el canónigo emérito habría mantenido relaciones sexuales con jóvenes en condiciones desfavorables a cambio de dinero. El Arzobispado de Valencia planteó personarse como acusación particular, si bien el juzgado instructor lo rechazó, entendiendo que la personación en el procedimiento corresponde únicamente a la familia directa, motivo por el cual el Arzobispado ha desistido de dicha personación. MÁS INFORMACIÓN noticia No Un hombre con discapacidad mantuvo relaciones con el canónigo asesinado en Valencia poco antes del crimen Además, el comunicado explica que «se consideran otros motivos: la confianza en la justicia, suficientemente protegida por el ministerio fiscal, y que los hechos de la investigación narrados por los medios de comunicación se refieren a actos cuya responsabilidad pertenece personalmente al fallecido». La nota insiste en que «el Arzobispado jamás tuvo conocimiento de estos presuntos hechos». Al respecto, explica que «hace dos años se apercibió directamente al sacerdote cuando los vecinos del mismo inmueble del domicilio en el que residía, propiedad del Arzobispado, presentaron quejas verbales acerca de las personas que acudían al mismo, aunque en ningún caso aludieron a hechos de la naturaleza que se narran. Desde entonces, transcurridos dos años jamás se volvió a recibir ningún tipo de queja».