Luis Enrique había puesto deberes a sus futbolistas durante el verano: lanzar 1.000 penaltis como poco. De esta forma supuestamente llegarían preparados para afrontar una hipotética tanda de penaltis en un
Mundial de futbol. A
Unai Simón le pasó el preparador de porteros un papelito para indicarle cómo lanzaban desde la pena máxima los marroquíes. Escogió Luis Enrique a los lanzadores cuando normalmente lanzan los penales los jugadores que más confianza tienen en sí mismo. No preguntó. Sarabia no había fallado un solo penalti en toda su carrera: 16 de 16. Pero ha tenido nulo protagonismo en este Mundial. Entró en la prórroga porque era un especialista. Falló
Sarabia por poco, al palo.
Seguir leyendo...