Últimas noticias del sábado, 5 de marzo del 2022 | Descubre toda la actualidad y última hora de sociedad
0
Salud mental: La lotería de sufrir una enfermedad mental: así influyen la soledad, el estrés o el acoso escolar
No hay probetas ni microscopios en el Instituto de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. El 'laboratorio' es una sala despejada en la que medio centenar de investigadores, todos muy jóvenes, trabajan absortos en sus ordenadores. En sus pantallas bucean en grandes bases de datos genéticas, escudriñan imágenes de cerebros o diseccionan informes clínicos. Hay psicólogos, psiquiatras, genetistas, bioinformáticos, expertos en neuroimagen y bioestadísticos. Todos forman parte de un equipo singular que está cambiando la forma en la que se diagnostica y se tratan los problemas de salud mental. Son una suerte de CSI dedicados a descifrar patologías psiquiátricas que en el siglo XXI aún son un misterio.
8-M: Así serán las dos marchas y así quedan las posiciones de partida para el Día de la Mujer
Irene Montero tiene una frase fetiche y la emplea más que de costumbre cuando se aproxima el 8 de marzo, una efeméride que conmemora a la mujer trabajadora: hay que conseguir que hombres y mujeres luchen «en pie de igualdad». Lo que se traduce en mismos salarios por idénticos trabajos, más cuota de representación femenina en organismos de gestión y dirección y un reparto equitativo de las labores domésticas. En pleno siglo XXI, pocos ya están en desacuerdo con estos postulados. Pero estos días, Montero y su equipo han añadido una nueva proclama. La ministra lo dejó meridianamente claro el pasado jueves en el foro Forbes Summit Women: se niega al envío de armamento a Ucrania, con lo que desde muchos estamentos ya le afean que no quiera que combatientes ucranianos luchen «en pie de igualdad» con las tropas rusas que tienen enfrente.
José Luis Restán: Esperanza también desde Rusia
Hasta hace poco, Vladímir Putin ha gozado de una simpatía más o menos proclamada en algunos sectores cristianos de Occidente, basada en su supuesta defensa de la familia y de la tradición cristiana. Pero la tradición cristiana sostiene, en primer lugar, la dignidad sagrada y la libertad de toda persona. Antes de la injustificable invasión de Ucrania, Putin ya había dado muestras de su desprecio por ambas cosas: persiguiendo a sus opositores, e incluso ordenando su asesinato; reprimiendo la libertad de expresión en los medios y en las calles de Rusia, como ha sucedido de nuevo estos días con la detención de millares de personas que protestaban contra la invasión.