Emilio de Justo y el poso de lo auténtico con 'Ropavieja'

La muerte también es bella cuando llega por el camino de la verdad. Puso Emilio de Justo el corazón mientras se volcaba sobre el morrillo de ‘Despilfarro’. Todo lo hizo el matador, pues el ‘toro rubio’ de Torrealta, como lo bautizó el niño de la grada del 1, ni se movió. Salvo la testa, que le lanzó un derrote mientras se hundía el acero. Hubo cierto desprendimiento, pero cuando la suerte se ejecuta con la sinceridad de un borracho hay que dejar escuadra y cartabón para los matemáticos. En su toreo no hubo restas ni divisiones, solo sumas de emociones. Se multiplicaron estas como los panes y los peces ante ‘Ropavieja’. Traía este toro el mismo bautismo que aquel famoso... Ver Más