La AVT denuncia que casi el 30% de presos etarras está ya en cárceles del País Vasco o Navarra

Víctimas «humilladas y desahuciadas» por el Gobierno. Así dicen sentirse, como cada viernes en que se producen acercamientos de presos etarras, un día elegido para amortiguar el posible ruido mediático, según denuncia la AVT. Las víctimas vuelven a clamar contra estas decisiones tras comunicarles Instituciones Penitenciarias el traslado de cuatro etarras -Unai Bilbao, José Ignacio Bilbao, Mikel Arrieta y Manuel Miner Villanueva- tres de ellos con delitos de sangre que acumulan seis asesinatos, y una progresión a tercer grado de otro etarra responsable de tres asesinatos más. Además, dos de ellos serán acercados a prisiones del País Vasco, uno sin la propuesta de la junta de tratamiento de la cárcel (ya son 31 los traslados que se han llevado a cabo sin la propuesta de las juntas de tratamiento de las cárceles en las que cumplían). La AVT insiste en la segunda victimización que supone comunicar estas decisiones que benefician a los autores de la muerte de un familiar. «Es un dolor añadido» -dicen-, pero «esto no parece preocuparle al Ejecutivo de Sánchez, ya que todo marcha según lo pactado con sus socios de Gobierno. En pocas semanas, todos los presos etarras habrán sido trasladados a cárceles propias o próximas a la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra, advierten, cuando está a punto de cerrarse el traspaso de las competencias de prisiones al País Vasco. El próximo 10 de mayo se cerrará este acuerdo que empezará a materializarse el 1 de octubre. Los historiales de los presos que verán mejorada su situación penitenciaria sin colaborar con la Justicia son elocuentes. Mikel Arrieta Llopis. Será trasladado de Soria al Centro Penitenciario de Martutene (San Sebastián). Fue condenado a 102 años de prisión por el atentado que acabó con la vida de Cristina Mónica Illarramendi Ricci, Agustín Martínez Pérez y Alfonso Maside el 22 de marzo de 1982 en Sestao y por el asesinato de José Aybar Yañez el 30 de junio de 1982 en Baracaldo. Atentado contra el Bernabéu Manuel Miner Villanueva pasará de la prisión de Granada a la de Dueñas (Palencia). Fue condenado en 2003 a más de 90 años de prisión como responsable del asesinato de Iñaki Totorika Vega. También fue condenado en 2006 a 253 años de prisión por el atentado contra el estadio Santiago Bernabéu, en el que resultaron heridas 22 personas por la explosión de un coche bomba el 1 de mayo de 2002, y a 20 años por atentar con un coche-bomba contra un edificio de Repsol en el paseo de la Castellana la noche del 22 de abril de 2002, en el que hubo cuantiosos daños materiales. Unai Bilbao Solaetxe. Estaba también en Granada y pasará a Daroca (Zaragoza). En 2004 la Audiencia Nacional le condenó a 45 años de prisión como autor del asesinato de Juan Priede Pérez. José Ignacio Bilbao Gaudeba, miembro del comandao Vizcaya, será trasladado a Basauri (Bilbao). En 2002 fue condenado a 101 años de prisión. La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha resuelto además la progresión a tercer grado de Luis María Carrasco Asenguinolaza, que mantiene como destino el Centro Penitenciario de Álava en el que cumple condena en la actualidad. Fue condenado a 47 años de prisión por el asesinato de Santiago Oleaga el 24 de mayo de 2001 en San Sebastián. También fue condenado a 30 años de prisión por el asesinato de Mikel Uribe Aurkia el 14 de julio en Leaburu, Guipúzcoa. Además fue condenado a 36 años de prisión por el asesinato de Juan María Jauregui el 29 de julio del 2000 en Tolosa. Interior ha trasladado ya a 179 presos etarras, según los datos de la AVT. De ellos 54 están en cárceles del País Vasco o de Navarra, 12 por obtener el tercer grado, seis por enfermedad y 36 «porque sí», señala la asociación. Ochenta y nueve reos tienen delitos de sangre, en contra del compromiso inicial del ministro Fernando Grande-Marlaska. Solo ellos acumulan 273 víctimas en 195 atentados. Hasta el momento se han concedido 20 terceros grados, de los que seis tienen asesinatos, y seis libertades condicionales. La AVT insiste, en pocas semanas, se habrá completado el ciclo y todos los presos etarras habrán sido acercados a cárceles del norte. El siguiente paso será que acaben en centros del País Vasco, bajo la tutela del Gobierno vasco en cuanto las competencias se materialicen. Las víctimas alertan de que estarán vigilantes para ver si ese cambio se limita a una cuestión de gestión material de las o si tendrá efecto en las juntas de tratamiento de los centros. « Estos presos -dicen- no son refugiados ni deportados, ni están en el exilio por razones políticas. Son terroristas, son asesinos. Una vez más, quieren tergiversar el verdadero relato del terrorismo. Es una vergüenza que traten de blanquear a estos asesinos, que lo único que han hecho ha sido atentar contra la vida de inocentes y sembrar el terror en nuestro país. Porque como hemos manifestado en muchas ocasiones, no los quieren cerca, los quieren libres«.