Filomena da la puntilla al campo de Castilla-La Mancha

Año de nieves, año de bienes. Con este refrán acuñado al campesinado y heredado de nuestros antepasados, dedicados eminentemente a la agricultura en nuestros pueblos, se quiere decir que el año iniciado será venturoso. Pero, nada más lejos de la realidad. Si el 2020 ya fue malo para el campo, con unas nefasta situación económica por la caída de los precios de producción, lo que derivó en protestas y se acrecentó aún más el coronavirus, el temporal Filomena ha venido a arrasar con las esperanzas de los agricultores y ganaderos de Castilla-La Mancha. «A algunos ganaderos se les caen las lágrimas cuando ven la nieve y no pueden o no quieren entrar en sus explotaciones porque no saben lo que se van a encontrar». Con esta afirmación tan dura, José María Fresneda —secretario regional de Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores)— ilustra a ABC la situación que viven muchos de sus asociados tras la intensa nevada caída hace unos días. Fresneda no puede dar cifras aún de los daños ni lo que supondrán económicamente las pérdidas porque muchos ganaderos, como él cuenta, «todavía no han podido entrar en sus explotaciones para ver lo que hay y hacer una valoración, ya que las carreteras y los caminos están intrasitables». Lo que sí asegura el secretario regional de Asaja es que habrá un buen número de animales fallecidos en ganadería extensiva por el frío y por la nieve, que ha dañado la estructura de las naves y ha derrumbado más de una de sus cubiertas, debajo de las cuales se encontraba el ganado. Aparte, en muchos casos, al no poder acceder, no saben si el ganado tiene alimentos suficientes para sobrevivir. Sin embargo, la ganadería no es la única gran perjudicada tras el paso de Filomena por Castilla-La Mancha porque, según vaticina Fresneda, «se va a perder en torno a un 50% de la producción del olivar». El peso de la nieve acumulada, explica, «ha tronchado muchas ramas, cuando no el árbol entero en mitad de la cosecha de aceituna en muchos puntos de la región, pero sobre todo en la provincia de Toledo». Esta situación, a su juicio, hará que muchos olivareros pierdan la producción de este año e incluso la de años venideros por el estado en el que han quedado sus olivas. «Jamás había visto algo así» «Jamás había visto algo así», asegura a ABC Julián Morcillo, el secretario regional de UPA (Unión de Pequeños Agricultores), que recuerda que en 2005 hubo temporal de nieve que obligó a cortar varias hectáreas de olivar en Castilla-La Mancha, «pero como el de este año ninguno», manifiesta. Aparte de en el olivo, destaca también los posibles daños que causará en otros cultivos leñosos, como es el caso del viñedo o de los pistachos. Pero también destaca los perjuicios para otros productos agrícolas como el ajo y las hortalizas de temporada, que no aguantarán las heladas y las bajas temperaturas de estos días. «Gran parte de la producción está asegurada», tranquiliza Morcillo, pero recuerda que muchas instalaciones que se han derruido o que han quedado en mal estado no están cubiertas y es preciso un seguro aparte. Por eso, el secretario regional de UPA hace un llamamiento a las administraciones competentes para que se aprueben ayudas o una compensación económica en el caso que haya una declaración de zona catastrófica. Un llamamiento al que se une el responsable de Asaja en Castilla-La Mancha, que pide a los representantes políticos «que se dejen de anunios y que den una solución a los problemas que tenemos». Fresneda dice que no basta con pedir la declaración de zona catastrófica, como están haciendo muchos ya, sino que cree que «deben presupuestar para saber del dinero que vamos a disponer y dónde tenemos que acudir para reclamarlo porque no podemos esperar más». Yes que, en su opinión, el temporal ha sido «la puntilla» para los trabajadores del campo. «Pese a las dificultades que arrastran tras la crisis, la bajada de los precios y el coronavirus, han vuelto a arrimar el hombro durante el temporal», afirma Fresneda, que concluye con una ironía: «Estos días no he visto ayudando a ningún ambientalista ni a ningún animalista».