David Villa, presunción de inocencia

Va a costar y mucho manchar el nombre de David Villa «El Guaje», un héroe para los fanáticos del fútbol y para los que no les gusta como a mí, también. Es nuestro héroe, el máximo goleador del Mundial 2010 y de la Selección. A sus 38 años, nunca ha protagonizado un escándalo, ya que es difícil siendo guapo y futbolista. Hasta que hace uno días, una joven, identificada en Twitter como Skyler B y que al parecer fue becaria en el New York City, cuando este jugaba allí, asegura que le acosó sexualmente. Villa ha negado tales acusaciones que considera «indeterminadas y ambiguas». Esta joven se describe como una «anti todo» y una «yonki» del Tinder de adolescentes Hoop, una aplicación que se utiliza para ligar on line. Su única prueba es su testimonio, en el que asegura que ni siquiera el futbolista recordará su nombre porque nunca la llamó por este. No tiene ninguna prueba más y tampoco ha acudido a la justicia. No lo hizo entonces ni tampoco ahora. Puede que suene mal y más siendo mujer, pero no es el primer futbolista que se ve involucrado en este tipo de enredos, cuyo único fin suele ser el económico. Villa vive feliz en Nueva York con su mujer, Patricia, y sus hijos. Desde allí controla el holding «DV7 Group» que creó para seguir ligado al mundo del fútbol a través de academias, agencias de representación y plataformas de comunicación. Me quedo con su lado solidario, ayudando en Puerto Rico a las víctimas del huracán, paseando por Portland cuando se topó con un sintecho y su hijo y entró a un local a comprarles comida… Un tuit no puede borrar de un plumazo un pasado humilde y una trayectoria intachable.