Nuevo episodio en la maldición sobre la familia Kennedy

Si Estados Unidos dispusiera de un Shakespeare, encontraría un gran filón en la historia de los Kennedy. En ellos se combina la ambición, la riqueza, la compasión, el poder, el sexo, el amor... Y la muerte. Pocas familias han enfrentado tantas desgracias y, al mismo tiempo, acumulado tanto poder. Ahora vuelven a sufrir una trágica pérdida. Maeve Kennedy, de 40 años, y su hijo Gideon, de 8, desaparecieron el pasado viernes en la bahía de Chesapeake, cerca de Annapolis (Maryland), tras sufrir un accidente con su canoa. Maeve es la nieta del ex fiscal general y senador Robert F. Kennedy, hermano del expresidente John F. Kennedy. Maeve, su marido David McKean, y sus hijos cumplían la cuarentena en su casa familiar. Los niños estaban jugando al fútbol hasta que la pelota fue a parar al agua. «Se subieron a una canoa, con la intención de recuperar la pelota y fueron empujados por el viento y la marea hacia mar abierto», declaró el marido. Desde entonces, -han pasado ya dos días-, no se ha vuelto a saber nada de ellos y la misión de la policía, encabezada por la exteniente del Gobernador de Maryland Kathleen Kennedy Townsend, madre de Maeve, se ha dado ya por finalizada. «Con profunda tristeza, comparto la noticia de que la búsqueda de mi querida hija Maeve y mi nieto Gideon pasó de rescate a recuperación de los cuerpos», informó Kathleen. El marido de Maeve escribió en Facebook: «Mi corazón está destrozado, pero trataremos de invocar la gracia de Dios y la fuerza que tenemos para honrar la esperanza, la energía y la pasión que establecieron en el mundo». La historia de esta dinastía comenzó cuando Joseph Kennedy (1888-1969), hijo de un inmigrante irlandés, se casó con Rose Fitzgerald, hija de la aristocracia irlandesa de Boston, en 1914. La determinación del lujurioso Joe le convertiría en multimillonario, pero su ambición le llevaría a convertirse en embajador de Estados Unidos en Reino Unido. La maldición de su dinastía comenzó con la muerte del heredero elegido para ser presidente; Joe Jr. Un joven apuesto y dotado para la política que perdió la vida en una misión secreta durante la guerra cuando su avión explotó en el aire. Cuatro años después, Kathleen Kennedy, la cuarta de los nueve hijos de Joe y Rose, también murió en un accidente aéreo. Después Rosemary, levemente retrasada, fue sometida por su padre a una lobotomía experimental que la dejó incapacitada. Joseph P. Kennedy vio a su segundo hijo John F Kennedy ser elegido presidente: su gran sueño se cumplió, pero fue asesinado en Dallas. El tercero, Robert F Kennedy fue asesinado en Los Ángeles. Accidentes y sobredosis John F. Kennedy Jr., el hijo mayor del presidente JFK, murió en un accidente de avioneta junto a su mujer Carolyn Bessette Kennedy y la hermana de esta, Lauren. David Kennedy, el hijo de 28 años de Ethel y Robert F Kennedy, fue encontrado muerto en Palm Beach en 1984 por una sobredosis. Michael Kennedy, otro de los hijos de Ethel y Robert, murió en un accidente de esquí a los 39 años. Saoirse Kennedy Hill, nieta de Robert Kennedy, fue encontrada muerta con 22 años en su habitación por una sobredosis, el pasado agosto. Ahora se suman dos muertes prematuras más. Un destino marcado por el poder, pero castigado por la maldición