Roglic confirma su victoria con una exhibición de Pogacar
Como los ciclistas de antes, cuando aún quedaban 38 kilómetros de carrera y dos puertos por coronar, Tadej Pogacar se marchó camino de su tercera victoria de etapa en esta Vuelta. Una exhibición inusual que le lleva a redondear una carrera casi perfecta. Se mete en el podio, sólo unos segundos le faltaron para arrebatar la segunda plaza a Alejandro Valverde, y consigue el maillot blanco como mejor joven de la carrera.
Pogacar se marchó en solitario y sin mirar atrás. Lo único que le importaba era lo que tenía por delante. Es un ciclistas antiguo, de esos que piensan más en hacer cálculos que en dar pedales. Él corre hacia la gloria. Da igual que la carretera mire hacia arriba o hacia abajo, con el balanceo de hombros que marca su ritmo cuesta arriba o con la cabeza metida en el manillar si se trata de ganar segundos cuesta abajo.
No ha cumplido todavía los 21 años, pero el esloveno dio una lección de ambición y ganas a ciclistas mucho más veteranos. Mientras él se marchaba hacia la gloria, Movistar dudaba por detrás.Como tantas otras veces, la posibilidad de tener dos hombres en el podio resultó paralizante para ellos. La persecución la dejaron en manos de los gregarios, de Pedrero y de Soler. Pero es muy difícil que los secundarios puedan con las estrellas. Para alcanzar a Pogacar hacían falta piernas de podio, las de Quintana o las de Valverde, que terminó trabajando para defender el podio de su compañero.
Y el suyo. Sólo 22 segundos le faltaron a Pogacar para adelantarlo. Valverde lo intentó en dos ocasiones, cuando los favoritos caminaban por el alto de la Peña Negra. Era ese puerto, el penúltimo, el que podía hacer daño. Lo intentó una vez y se marchó, pero la arrancada de Bora le hizo frenar cuando ya tenía unos metros de ventaja. Su equipo daba la sensación de no saber muy bien cuál era su labor, si pelear por la victoria o mantener las dos plazas de podio. Al final, ni una cosa ni otra. “Hemos intentado defender las dos posiciones, la segunda y la tercera, pero la tercera no ha podido ser”, se lamenta el campeón del mundo.
El líder de Movistar corría sin referencias del tiempo que perdía con respecto a Pogacar. “Le he preguntado a Jon Izagirre”, confiesa. Y los aficionados también le informaban de la diferencia con el esloveno. “Tengo que dar las gracias al público”, dice el murciano, que por si acaso aceleró en el último esprint especial para arañar unos segundos en Hoyos del Espino, el último puerto antes de afrontar la subida a la plataforma de Gredos. Valverde, admirable lo suyo, queda emparedado en el podio entre los dos eslovenos. A uno le saca nueve años, al otro, 18. Pero mantiene, al menos, la misma ilusión que ellos dos.
Roglic no necesitó entrar en ninguna pelea para garantizar su maillot rojo en Madrid. Confirma su primera victoria en una grande sin que en ningún momento le hicieran temblar. Ya sólo le queda el paseo hasta Cibeles antes de la coronación.