Bruno Barbier, el «niñero» de la hija de Mauricio Macri y Juliana Awada
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Un falso conde
Corría el 2010 cuando la actual primera dama y el entonces Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires se conocieron. Ambos cargaban pesadas mochilas: Macri ya había tenido dos matrimonios –con Ivonne Bordeu y luego, con Isabel Menditeguy– y Awada se había casado con Gustavo Capello y luego había tenido a su hija Violeta con Barbier sin pasar por el altar.
No todo fueron rosas para los Macri. Uno de los encargados de revelar algunos de los secretos de Awada fue el periodista argentino Franco Lindner en su libro «Juliana. Secretos, amores y poder de la dueña de Mauricio Macri». Publicado en 2016, desató la furia de la empresaria porque difundía ciertos misterios que no estaban bien vistos para la esposa del presidente, como sus vínculos con el entorno del exmandatario Carlos Menem y su amistad con su hija Zulemita. Pero el punto más álgido de la publicación es el que se refería a sus examores. El más polémico es Barbier. «Él decía ser conde y tener títulos nobiliarios, pero gracias a una investigación descubrimos que en realidad no lo era», cuenta a ABC Lindner. Y agrega: «Ella
decía estar casada con un conde
, pero estaba juntada con un plebeyo».
Un momento que la esposa de Macri procuró desterrar de su memoria ocurrió en 2010, cuando había acabado su relación con Barbier y comenzaba su historia con el político. Juliana pasaba a buscar a su hija Valentina –que hoy tiene 15 años– por las playas uruguayas de Punta del Este cuando el abuelo de su ex de origen francés, Raymond Vandermoortele, le propinó insultos y una terrible frase: «Si quieres buscar a tu hija va a ser en la estación de servicio a dos kilómetros de acá». Y es que, según cuenta el diario argentino «Perfil», Vandermoortele siempre creyó en una superposición entre la relación de Awada con su nieto y la llegada de Macri.
Pese a este historial, las relaciones entre Barbier y Awada distan de ser tirantes. De hecho, el año pasado ella pasó el día del padre con Barbier y con Macri. Además, el falso «conde» cuida de Antonia, la hija del matrimonio presidencial, cuando ambos se encuentran de gira por Europa. Puertas adentro del país, Lindner asegura que Awada cumple un rol esencial en la Casa Rosada: «El verdadero papel de Juliana, que es el que no se difunde, es el de consejera privada de Macri». El periodista señala que su opinión «puede abrir o cerrarle la puerta a un funcionario de gobierno».