Prohíbe y vencerás
Terminar la Navidad supone una vuelta a la disciplina militar, a meter en cintura la cuenta bancaria y los ahorros que no tenemos. Ir aceptando la vida otra vez, olvidarse del roscón otro año más y desechar propósitos precipitados que nos hicimos a la carrera para estrenar el año. En ERC le debieron de prometer a Pedro Sánchez que no darían la nota durante el debate de investidura, pero el día siete se les pasó la buena voluntad y decidieron que los del PSOE -todos ellos- eran unos «verdugos» y unos «opresores». Y el presidente no lo desmintió. Pedro Sánchez es un mártir de sí mismo que quiere a la vez la presidencia del Gobierno y los altares. Formar una dinastía con Begoña a cualquier precio: los Sánchez Romanov. Aunque sea a costa de meter al enemigo -comunista- en casa.
Qué empeño se le pone al personal por prohibir justo después de Navidad. En concreto las cosas interesantes, esos resquicios que nos salvan de la vulgaridad: la carne roja, chupar las cabeza de las gambas… Pero el PSOE y Podemos han adoptado el modelo de la OMS -que recomienda, porque es la nueva forma de prohibir sin ofender-. Ya han empezado con la lista de cosas que prohibirán, bien porque sean fascistas o malas para la salud, que es en lo que se basará este nuevo Ejecutivo para gobernar. De momento ya avisan: los toros, los colegios concertados y la sacrosanta potestad de los padres para decidir sobre el bienestar de sus hijas mientras sean menores de edad. Y será que no avisaron ya en funciones con aquella ocurrencia de la ministra y el diesel.
Van a imponer el buenísimo por decreto, la tiranía de «Mr. Wonderful». ¡Qué mal parada sale Castilla y León en este nuevo modelo! Resulta que todo lo que da dinero por aquí, que cada vez es menos, contamina. Los tractores de los agricultores, los productos agrarios, los restos de la minería, la industria automovilística… Y ahora según han dicho, los Pingüinos también. Han pedido las asociaciones de vecinos a Óscar Puente que haga el favor de compensar la contaminación de este fin de semana. Y lo siguiente será pedir que la concentración, ya si eso, mejor virtual. Como alguno que en redes sociales pedía que, por el bien del medio ambiente, ésta fuese la última edición. Como es sencillo que vengan treinta mil motoristas a pasar frío y a disfrutar del patrimonio espléndido de nuestras nieblas cada año, solo se le ocurre al personal ponerle pegas.
Y todo porque como Pedro quiere ser César y lo de citar de memoria ya comprobamos en «Manual de resistencia» que a él -y a Irene Lozano- se le da mal, ha cambiado el dicho por prohíbe y vencerás.