Un viernes más, el restaurante de «First dates» abría sus puestas para recibir a nuevas parejas dispuestas a encontrar el amor. En esta ocasión, el sistema se modificó un poco, porque dos gemelas, Mariana y Julieta, estudiantes de cine pero que nada tenían que ver la una con la otra acudieron a buscar pareja.
Para Mariana, el caballero escogido fue Balder, un murciano de 31 años que se dedicaba al mundo de la actuación, pero en un ámbito que no cuadró demasiado a su pareja. Dedicado especialmente al mundo del atrezzo, asegura estar bastante solicitado. «Me contratan para ferias medievales. Tenía este look, me compré una armadura y me van contratando».
First dates
En el momento en el que Mariana descubrió a su pareja, confesó que no era lo esperado. «Me decepcioné. Dije "demonios..."», comentó a cámara. «No es acorde a mis gustos», continuó diciendo Balder, por lo que la cita parecía estar sentenciada al fracaso desde prácticamente antes de comenzar.
Mientras, Julieta tuvo la oportunidad de conocer a Yordan, un madrileño de 24 años que se dedica al mundo del soporte técnico y a los que no le gustan las etiquetas. «Es guapo, es lindo. Creo que tiene tatuajes. Además, usa lentes. Si nos caemos no vemos nada ninguno de los dos. Y eso da para tema de conversación, sobre cuánta miopía tenemos». Julieta comenzó a hacerle preguntas extrañas a su pareja. «¿No tienes muchos enemigos?», le soltó a Yordan, que, desconcertado, contestó que no. «Suelo llevarme bien con la gente», dijo, mientras Julieta empezaba a reírse en «First dates».
Aparte de ese momento, ambos coincidieron en el gusto por el teatro y los musicales en especial, junto a las series. Poco a poco se iban dando cuenta de que ambos tenían muchas cosas en común, pero eso no impedía a Julieta ir sacando de cuando en cuando su particular humor en «First dates». «Me encanta el acento latino», comentó Yordan, a lo que su comensal no parecía habérselo tomado demasiado bien. «Hay tanta variedad de acentos... pero no te burles de mí», le espetó.
Intentando arreglar la situación, Yordan le comentó que no tenía acento porque llevaba muchos años viviendo en Madrid, pero en realidad era de Bulgaria. Aprovechando la situación, Julieta le comentó que «tengo un amigo búlgaro. Siempre le pido que me mande insultos en búlgaro». Ante esto, el joven no supo que decir, pero su compañera de mesa insistió. «¿Pero insultos sabes? ¡Insúltame!».
«Está como una cabra. Me gusta, porque soy una persona más calmada, pero no me cierro a eso», comentó a la cámara de «First dates» Yordan. Y es que parecía que, lejos de lo que pudiera parecer, entre ambos había química. «La ironía y el sarcasmo es uno de mis fuertes, es de lo que más me define. El humor negro, cuando me suelto, pero con límites», continuó mientras conversaba con su cita, que le respondió afirmando que «puede parecer que tengo trastorno límite. ¡A tope!».
Y es que Julieta no tenía filtro alguno. «Pregúntame lo que quieras, como "¿eres pro armas?"», dijo, para que, después de que su compañero le dijera que no, le espetara que «molaría que hubieras contestado que si». «Quieres que me ponga incómodo», aseguró Yordan, que empezaba a sentirse algo incómodo con la situación.
«En nuestra cita la mayoría de las cosas eran bromas de humor negro», continuó la mexicana, y no tenía intención de parar. «¿Cuándo ha sido la vez que más daño te han roto el corazón? A mi me encanta ese dolor...». «Por la distancia y porque era una persona tóxica», contestó Yordan, para que luego Julieta dijera algo que dejó bastante claro desde el primer momento: «Todos me han dejado porque me consideraban una demente».
En donde encontraron una gran diferencia fue en la forma de enamorarse. «Soy de ir muy despacio, de seis o siete meses para conocer bien a la otra persona. No soy estricto, pero me dejo llevar si siento algo. Pero me lo pienso a veces dos veces, dependiendo de cómo me pille», reflexionó Yordan, mientras que Julieta era más de cegarse por su pareja.
A pesar de la buena sintonía de toda la cita, a la hora de la decisión final las cosas no terminaron como se esperaba. «Me he reído como el niño autista que llevamos dentro», comentó Julieta, antes de decir que sí que desearía una segunda cita con Yordan. Sin embargo, para el búlgaro había sido suficiente. «Todos los que me han tocado son gente horrible. Que poca madre... ¿Amistad, amistad de qué? ¿No quieres una segunda cita conmigo porque soy mexicana y eres racista en el fondo?», le dijo. Sin embargo, en realidad lo que alegó Yordan es que parecía que su compañera de mesa solo buscaba una amistad.