El convento de Santa Fe de Toledo expone la colección de arte moderno y contemporáneo de Roberto Polo

La «Colección Roberto Polo. Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha» ha abierto este miércoles en en Toledo sus puertas en el antiguo convento de Santa Fe con 250 obras de 171 autores desde finales del XIX hasta la actualidad, desde Delacroix o Kandinsky hasta Georges Lacombe o Georges Vantongerlo. El coleccionista estadounidense de origen cubano Roberto Polo, que tiene a sus espaldas una vida azarosa de éxitos y algún fracaso, firmó un protocolo el pasado verano con el presidente de Castilla-La Macha, Emiliano García-Page, para la cesión durante quince años de parte de su colección, valorada en unos 400 millones de euros, para exponer en Toledo y también en Cuenca, un proyecto que ha quedado paralizado, por el momento, por la falta de acuerdo para utilizar de forma temporal la Casa Zavala. En Toledo, el Gobierno regional ha realizado una inversión de 1.200.000 euros para la rehabilitación del edificio, el transporte, seguros y montaje, una cifra que, según explicó el director artístico del museo, Rafael Sierra, es «similiar a lo que cuesta una exposición temporal en un museo de primer nivel». El museo recibe al visitante con «Figuras para la batalla», del pintor y escultor valenciano Miquel Navarro, en la antesala de la puerta que da acceso al antiguo convento de Santa Fe, un precioso edificio que data de entre los siglos IX y XVI. Dentro, las vanguardias históricas representadas por pinturas, esculturas y fotografías de las primeras décadas del siglo se funden con la historia del edificio y los realismos de nuevo cuño. También existe un espacio dedicado al período entre la década de 1990 hasta la actualidad, con obras de Martin Kline, Paul Manes, Karen Gunderson, o Maria Rossen, que expone un rosario espectacular en la iglesia del edificio. Por la mañana, Roberto Polo explicó emocionado cómo se gestó este ambicioso proyecto y confesó que «este museo no viene a cantar la misma canción, no es un museo clónico más, donde el visitante puede precedir lo que va a ver».