Se acabó. Jesús Navas ha jugado su último partido como futbolista profesional, dejando al sevillismo y al fútbol español un poco huérfano. El palaciego era el último de los miembros de aquella vieja guardia de La Roja, que tantas alegrías dio hace ya más de catorce años, aunque esto no es nada si se compara con su historia con el Sevilla. En un abrir y cerrar de ojos, han pasado veinte años en activo y el 'duende de Los Palacios' ha entonado el adiós definitivo cuando Díaz de Mera Escuderos ha pitado el final en el Santiago Bernabéu este domingo 22 de diciembre. Navas no quería perder la oportunidad de pisar el césped de este imponente escenario por última vez, y es que hace justo 20 años que el canterano debutó en el feudo madridista. La leyenda del Sevilla ha sido despedida en territorio hostil con señorío , tal y como se merece una persona como él. Ovación cerrada y lágrimas , muchas lágrimas. Hasta Carlo Ancelotti ha querido abrazarle con cariño. Con los casi 30 minutos de hoy, Navas se marcha con 949 partidos a sus espaldas , 705 con el Sevilla, 183 con el Manchester City, 56 con la selección y cinco con la sub 21. O lo que es lo mismo, de las 20 temporadas que ha jugado en la élite, 18 han sido en el club de sus amores. No en vano, es el jugador que más ha defendido la elástica sevillista en toda su historia y ha tenido el privilegio de vivir la época más dorada del Sevilla, aportando su granito de arena en cada etapa. También es el sevillista con más palmarés del club, y lo será durante mucho tiempo, porque el listón lo ha dejado por las nubes. No ha sido el líder más ortodoxo dentro de un vestuario , pero sin duda sí el más inspirador. En un mundo dominado por el carisma y el liderazgo más autoritario, Navas ha dedicado una vida al sacrificio y al esfuerzo, con humildad y silencio. Un trabajo constante aderezado con mucho talento y calidad, que lo ha convertido en uno de los futbolistas españoles más importantes del siglo XXI. Hoy en el Bernabéu, Jesús Navas no ha partido como titular , pero sí ha disfrutado de su última media hora de juego y los ha vivido con intensidad, como toda esta última semana. El palaciego llegó bien preparado a este encuentro para aportar como cualquier pieza más, pero con el pellizco lógico de saber que el crono avanzaba. El equipo se vio sobrepasado por el Real Madrid en prácticamente todo el encuentro, pero su entrada cortó la sangría e incluso le dio un pase de tacón a Isaac , que el lebrijano no marcó por poco. No ha podido irse con una victoria bajo el brazo, pero la sensación que ha quedado este domingo es que el resultado ha sido lo de menos. Han sido meses de homenajes, galardones y despedidas, pero aún queda la traca final: la cita del próximo 30 de diciembre en el Sánchez-Pizjuán.