Fue abatido como un cachorro primerizo en la sabana en una de las tardes más crueles del ciclismo, pero Primoz Roglic no ha mostrado ningún síntoma de aflicción. Líder del Tour durante once días y máximo aspirante destronado por su compatriota Tadej Pogacar en la contrarreloj de la Planche des Belles Filles, el ciclista esloveno de 30 años será el dorsal 1 de la Vuelta a España y primer aspirante en las apuestas. El Ineos, con el regreso a la élite de Chris Froome (cuatro veces ganador del Tour) y Richard Carapaz (vencedor del Giro 2019), el Movistar, con el trío Alejandro Valverde, Enric Mas y Marc Soler, y el verso suelto del francés Thibaut Pinot opositan a la victoria frente al rimbombante Jumbo que gobernó el Tour y terminó en naufragio.
«Tenemos el mismo equipo aquí que en el Tour», describe Tom Dumoulin, el teórico número 2 del Jumbo que también fue despojado de una Vuelta a España que tenía en el bolsillo a un día de la conclusión (la de 2015, ante Fabio Aru). El Jumbo junta a Roglic, Dumoulin, Sepp Kuss y George Bennett, actores protagonistas de un mando abrumador y estéril en la ronda francesa, para reeditar el éxito del esloveno en la Vuelta 2019.
Roglic maneja una web con sus asesores eslovenos, en la que no ha vuelto a escribir un post desde el pasado 7 de septiembre, primer día de descanso del Tour. «Admito que ya estábamos esperando el descanso. ¡Es aún más dulce para nuestro equipo con el maillot amarillo de líder! Por supuesto, estoy muy feliz y honrado de haberlo usado, ya que probablemente sea el sueño de todo ciclista», relató entonces.
Roglic no ha vuelto a referirse al Tour en este coto privado. Se dedica a promocionar un libro, «Kilómetro cero» (27,50 euros), que disecciona su experiencia de un año como vencedor de la Vuelta a España. Roglic, exsaltador de esquí, criado en las laderas de las montañas de Kranj, no se ha alterado por su desconsuelo la penúltima jornada del Tour. Al contrario, ha levantado una pieza de postín, la Lieja-Bastoña-Lieja, que peleó hasta el último centímetro y conquistó gracias a la frivolidad de Alaphilippe al levantar los brazos antes de tiempo.
«Ha sido un año de locos, pero estamos motivados para darlo todo aquí de nuevo -cuenta Dumoulin-. Estamos abiertos, como en el Tour. Si Roglic es el mejor, trabajaremos para él».
