La presencia de Tiger Woods en el plantel de jugadores de la Presidents Cup es un éxito seguro. Es el torneo por equipos en el que se encuentra más a gusto y en el que, después de su victoria de hoy (la número 26) se ecuentra a solo una de convertirtse en el más laureado de la historia (por delante de Phil Mickelson). Ahora bien, su prestación como capitán del equipo estadounidense, en su debut organizando desde fuera de las cuerdas, está siendo un completo desastre. Después de dos jornadas disputadas, el resultado en Merlbourne favorece al equipo internacional con gran claridad (3,5-6,5).
Los pupilos de Ernie Els conforman un grupo de lo más heterogéneo, en el que más de la mitad es debutante (siete de doce) y el peso del equipo recae en sus dos únicos ganadores de grandes (Adam Scott y Louis Oosthuzien). Además, tienen una mezcla de culturas y nacionalidades (asiáticos, sudafricanos, latinos, canadienses, oceánicos...) de la que sería difícil extraer una característica común. Sin embargo, ahí es donde se ha notado la magia de su líder, Els, que ha sido capaces de enfocarles hacia el único objetivo de vencer a los norteamericanos. Ernie se hace presente en tods los partidos, sus discípulos notan su presencia y esto les llevó al sueño de dominar los cinco partidos a la vez al comienzo de la segunda vuelta.
Los estadounidenses, por su lado, son más individualistas por concepto. Es cierto que les une la bandera, pero no son muy dados a jugar en foursomes, la modalidad de golpes alternos en la que es necesaria una plena sintonía con el compañero. Si a esto se le une un capitán que no aparece (pues está inmerso en su propio partido), al final el resultado se resiente obligatoriamente. Y eso que, con un final de orgullo, típico de quien está llamado a ser el mejor golfista de la historia, Tiger fue capaz de remontar su partido y de volver a ganar junto a Justin Thomas, en este caso a Matsuyama y An (1 arriba).
También tiraron de casta Cantlay y Schauffele frente a Niemann y Hadwin, a los que vencieron en el último hoyo por el mismo resultado. Y, sobre la bocina, Fowler y Woodland empataron contra Cameron Smith y Sungjae Im, maquillando un poco el marcador. Como por el otro bando Scott - Oosthuizen y Ancer - Leishman no perdonaron a Kuchar - Dustin Johnson y Reed - Simpson, la diferencia se quedó con los tres puntos con los que había comenzado la mañana.
Woods necesita cambiar la dinámica de su equipo y la primera medida va a ser mandarse él mismo al banquillo en la tercera ronda. Sabe que puede aportar un punto sin problemas, pero si anima desde fuera puede ayudar a ganar muchos más.
