La Israel del MVP Avdija deja sin oro a la España de Alocén
España aspiraba en Tel Aviv, en territorio comanche y ante la hipermotivada Israel, al tercer oro Sub-20 en su octava final de siempre. El triunfo le hubiera dado la gloria de liderar el palmarés de la categoría, por delante de Grecia y de Serbia (ambas con tres campeonatos, pero con menos podios), pero se debe conformar con ser la selección con más medallas: 15 (dos oros, seis platas y siete bronces). La Selección no pudo emular el éxito de aquel equipo liderado por Mirotic en Bilbao 2011 ni el que triunfó en Helsinki 2016 con Marc García de MVP.
La final para Israel era una cuestión de Estado y España casi consigue el objetivo de llegar vivo al desenlace. Se desplomó en tres minutos fatídicos, entre el final del tercer cuarto y el inicio del último por algún error y el empuje de las dos estrellas locales: el base-escolta Yam Madar (17 puntos con 7 de 11 en el tiro y 8 asistencias) y el alero Deni Avdija (23 y 7 pases para 27 de valoración), al que le sobra algún gesto feo. El último lo vimos cuando se llevó la mano a la oreja mirando al público pero pegado al banquillo español, que no se lo tomó nada bien.
Israel había salido en tromba, espoleado por el ambiente y la velocidad de Madar, máximo asistente del campeonato y de solo 18 años, como Avdija y el español Carlos Alocén (10 puntos, mal en el tiro, y 7 rebotes, 11 asistencias y 22 de valoración). En tres minutos, 10-2. Jarreaba para los de Joaquín Prado, pero hubo temple para resguardarse y contraatacar. Si los israelíes veían aro de tres y corrían, la Selección respondió igualando ese acierto desde el triple, pero también con eficacia en la pintura, rebote y más aportación del banquillo. Un parcial de 8-18 volteó la tortilla con buenos momentos del baskonista Miguel González (14 tantos), de Arnau Parrado (13) y del estudiantil Adams Sola. Llegó a mandar por 29-34 tras un mate del canterano del Valencia Josep Puerto.
Al descanso, todo se niveló: 42-42. Y así siguió hasta el final del tercer cuarto, cuando en un último minuto y medio trágico España se descosió. Un parcial de 8-1 liderado por Madar le puso contra la cuerdas (66-59) y no supo salir de ahí: 70-59 a falta de ocho minutos.
Los casi 4.000 espectadores del Shlomo Group Arena vibraban con su equipo nacional. Israel había sabido defender con éxito su corona, segundo título consecutivo en su tercera final en tres años. Y pueden venir más, porque Avdija, que ya juega con el Maccabi en la Euroliga, es nacido en 2001 y Madar, en 2000 (en esta edición hay jugadores de 1999, la generación de Doncic). A muchos de los españoles también los volveremos a ver, porque cinco de los doce nacieron en el siglo XXI.