Ferrari, la película: la historia real tras el accidente que cambió la historia de la marca y del automovilismo
El biopic de Enzo Ferrari, fundador de la marca italiana de deportivos, recuerda el accidente que le costó la vida a 11 personas en las ‘Mil Millas’ de 1957.
La película Ferrari se ambienta en la segunda mitad de la década de los cincuenta, cuando su protagonista, Enzo Ferrari vivía una de sus peores épocas, tanto profesional como personalmente. El éxito comercial del empresario italiano, que había fundado su marca de coches deportivos diez años antes, en una Italia en pleno resurgir económico tras la Segunda Guerra Mundial, se vio empañado en 1956, cuando su hijo Alfredo Ferrari falleció a los 24 años de edad a causa de una distrofia muscular.
Solo un año después, en 1957, el piloto español Alfonso de Portago estrelló su Ferrari poco antes de alcanzar la meta de la carrera de las Mil Millas, falleciendo en el acto y causando la muerte de su copiloto y de nueve espectadores, entre ellos cinco niños.
En estas dos tragedias se centra Ferrari, el biopic dirigido por Michael Mann y protagonizado por Adam Driver y Penélope Cruz. Analizamos la historia real tras la película Ferrari en este Fact-Fiction.
La muerte prematura del sucesor de Enzo Ferrari
Enzo Ferrari dirigía la fábrica y la escudería a la que dio su nombre junto a su mujer y socia, Laura Garello, interpretada en la película por Penélope Cruz. La pareja contrajo matrimonio en 1923, y tuvo a su primer y único hijo, Alfredo Ferrari, en 1932. Desde su infancia, Alfredo estuvo llamado a ser el sucesor de su padre, para lo cual estudió ingeniería en Suiza y participó en el diseño de motores de la marca familiar. Sin embargo, como se muestra en la película, con solo 24 años, el joven Ferrari falleció a causa de una distrofia muscular hereditaria.
La mella que supuso esta pérdida en el matrimonio Ferrari se relata en la película, así como las frecuentes infidelidades de Enzo, que mantenía una segunda familia con su amante Lina Lardi. De esta relación nació Piero Lardi, que tras la muerte de la mujer de Enzo, —el divorcio era ilegal en Italia— pasó a llamarse Piero Ferrari, y actualmente posee el 10% de la compañía fundada por su padre, además de una fortuna estimada de 8.700 millones de euros.
11 fallecidos en las Mil Millas marcaron el final de una era en el automovilismo
En 1955 se produjo el peor accidente de la historia de las carreras de coches: una tragedia en las 24 horas de Le Mans que terminó con 83 fallecidos. Dos años después, se celebró la 24ª edición de las ‘Mil Millas’, una carrera de resistencia con recorrido de ida y vuelta de Brescia a Roma, y por aquel entonces uno de los encuentros más importantes del mundo del automovilismo, en el que las principales marcas competían por mejorar su prestigio y con ello sus ventas.
Como muestra la película, Ferrari atravesaba un momento económico delicado, marcado por su decisión de priorizar las carreras sobre la producción de coches en serie, y por su rivalidad con Maserati, el otro gran fabricante italiano de deportivos.
Además de la búsqueda de socios capitalistas, que no llegaría hasta la siguiente década, cuando el grupo Fiat adquirió el 50% de Ferrari, Enzo decidió centrar los esfuerzos de su compañía en lograr la victoria en las Mil Millas para potenciar las ventas de sus modelos de producción. Para ello, el empresario puso al volante de su modelo más potente al deportista y aristócrata Alfonso de Portago, primer español en conducir para la escudería italiana.
El piloto y Duque de Portago, llamado Alfonso en honor a su padrino de bautizo, el Rey Alfonso XII, como recoge la revista Vanity Fair, perdió el control de su bólido tras pinchar un neumático a gran velocidad a solo 40 kilómetros de la meta en Brescia. Como resultado, el joven aristócrata, su copiloto, que era un periodista estadounidense, y nueve espectadores que observaban la carrera desde el margen de la carretera, perdieron la vida, lo que provocó que la de 1957 fuera la última edición de la carrera de las Mil Millas, que fue suspendida como consecuencia de la tragedia.
Aunque no se muestra en la película, Enzo Ferrari se enfrentó a cargos penales de homicidio múltiple como supuesto culpable del accidente por fallos de fabricación en el coche. En el proceso judicial le fue retirado el pasaporte, aunque finalmente fue exonerado cuatro años después al demostrarse que el neumático pinchó al impactar contra un separador de carriles, como recordaba el pasado verano el medio italiano Il Giornale.
Fuentes
Ferrari
Forbes
El País
Vanity Fair
Il Giornale