¿Estamos en camino hacia la vida artificial?
Los avances en biología sintética, computación y robótica pueden unirse para hacer realidad un sueño: la creación de nuevos seres —conscientes o no— a partir de elementos inertes.
En el siglo XVIII, durante la época dorada de la construcción de autómatas, los espectadores asistían asombrados a las ferias en las que se mostraban seres artificiales de aspecto claramente humano capaces de tocar el violín o la flauta. Entre los más famosos se encontraba el autómata escritor presentado en 1774 por el genial ingeniero suizo Jaquet-Droz, que lo había diseñado para que pudiera escribir –con una pluma de ave que sujetaba en la mano– frases tan sugerentes como aquel “pienso, luego existo” de Descartes. Incluso a día de hoy, el pequeño escribiente nos impresiona.]]>