Nueva educación
Dos mil veinte, año para olvidar según autorizadas opiniones. Al contrario de esa opinión dos mil veinte ha de ser un año para no olvidar. Han sucedido acontecimientos, decisiones, disputas y movimientos cuya importancia cuesta trabajo calibrar hoy pues sus consecuencias serán, en la mayoría de los casos, a largo plazo.
El ejemplo de la educación ayuda a mostrar hechos, sucesos y decisiones cuya cabal comprensión será en los próximos años. Y quizá uno de los más sorpresivos puede no ser el más importante. Se trata del anuncio anticipado del cambio en el puesto de secretario de educación pública en el gobierno federal. Termina su gestión D. Esteban Moctezuma y el Presidente de la República ha nombrado para sucederlo a la Mtra. Dolores Gómez. Distinguidos conocedores de la cuestión educativa han celebrado el nombramiento por el hecho, insólito, de nombrar a una persona de carrera educativa y por tanto conocedora de la cotidianidad de la función educacional, cuyas características, además de peculiares, son de complejidad poco comprensible a la primera vista, de quien no está “dentro” de la estructura. Esperemos lo mejor de este inusual cambio.
Sin embargo, quizá no sea lo más importante para aprender del año del covid19. La decisión de confinar a la población con trabajos no esenciales, entre ellos las escuelas e instituciones educativas, tomó por sorpresa al personal educador. La decisión exigió a las autoridades y personal educativo a improvisar una educación remota de emergencia. Y la desigualdad social y económica rampante en nuestro país produjo una desigual capacidad de disponer de esa educación remota por razones estructurales tales como la no disponibilidad de conectividad a las redes inalámbricas, y por razones de racionalidad en los planes de desarrollo educativo, pues contemplan y proyectan la mejor formación y capacitación de educadores, y está acción no está actualizada frente a las demandas de la población que habitamos un mundo cada día más complejo, con nuevos fenómenos y la consecuente demanda de una nueva educación y no sólo de una nueva escuela.
Daniel Innerarity escribió en 2009 La Sociedad del desconocimiento. Enfatizó desde entonces, cómo hoy gestionamos el desconocimiento, lo que no sabemos lo que exige a la escuela: construcción de la confianza, pensamiento propio y educación para la incertidumbre.