La tardía e inútil búsqueda del ‘Priancipito’
Mañana es la fecha límite para que PAN y PRI se saquen de la manga, sin duda cada uno por su lado, el as de una alianza.
Han hecho tanto ruido alrededor de la necesidad de una coalición que han terminado hablando mal de sus propios partidos y de los candidatos que tienen, que están ahí; tanta es la fuerza que los dirigentes ven en Morena y en su inminente candidata ciudadana...
En su soledad panista tiene razón Víctor Fuentes cuando, en su carta al dirigente nacional priista Alejandro Moreno le dice, citando a Yeidckol Polevnsky: “Se oye mucho mejor Primor que Prian”. Se puede suponer que también se lo ha dicho a algunos de sus propios líderes que, muy orondos, han abierto las puertas a esa palabra que, según la fonetista Polevnsky, suena peor.
Con una alianza prianista, el PAN perdería votantes tradicionales, en buena medida atraídos por la oposición al PRI. Acabaría cediendo alegremente un porcentaje de sus simpatías a las otras fuerzas políticas cuya autenticidad no se pusiera tan en duda. Es decir, fuera de esa coalición.
¿Demasiado tarde para que se repongan sin alianza? No, si al menos esos partidos tratan de curarse de tantas fracturas en su avejentado esqueleto. Aún faltan precampañas y campañas, pero es francamente difícil hallar en ellos la vitalidad que han mostrado MC y Morena. A tricolores y azules les llegó la hora de salida del tren y a último momento están tratando de mover las rocas que durante meses no lograron ni siquiera balancear.
Mañana también es la fecha en que, según su propio dicho, MC haga público el proceso de selección entre sus dos precandidatos. Se verá si están en camino, ellos sí, de aprovechar el tiempo de precampaña para darle a su partido el brillo que exige una competencia exitosa por la gubernatura. El brillo y la altura... Por lo pronto Samuel García, fiel a su estilo, dijo ayer que él era el único preparado para gobernar Nuevo León. Válgame. Como si estuviera ya cerrada con llave la otra puerta, la alianza PAN-MC... con Colosio a la cabeza. Anoche, todo se barajaba.
luis.petersen@milenio.com