El voto, más poderoso que la violencia
Muchos conflictos en el mundo se han tratado de resolver usando las armas, la violencia, la confrontación… solamente que el resultado es la destrucción del contrario, las ruinas que se derivan, el desgaste de los recursos y la siembra de una semilla que generará más violencia en el largo plazo.
La violencia es una acción enemiga de la paz, la concordia, el acuerdo, los arreglos o negociación. Lo irracional vence a la razón y conveniencia mutua.
Cuando quienes detentan el poder político infunden el descontento, la inconformidad, el agravio en las masas, estas después de esperar con alguna paciencia los cambios, les quedarán dos opciones para zafarse del opresor en el menor tiempo posible: tomar las armas o eliminarlo por los recursos que ofrece la democracia, cuando esta existe en los documentos.
El poderoso para conservar el poder empieza por eliminar todo obstáculo que pueda interferir: las instituciones, arrincona a la oposición, divide a la sociedad, cambia la Constitución. Arruina a la clase media y se concentra en los pobres susceptibles de manipulación política.
Mientras la sociedad organizada en grupos de poder, clase social, organizaciones no gubernamentales y partidos políticos no se reúnan para hablar del problema y buscar la solución, prevalecerá el poderoso que, posiblemente tenga un antecedente democrático del cual se sirvió, para luego desconocerlo. Usó de esta y la ignora.
El futuro de una sociedad agraviada se basará, entonces, en la unidad de propósitos, cediendo cada sector de ella sus intereses en pro de la fortaleza de su futuro.
La prolongada estancia en el poder de los representantes de gobiernos casi dictatoriales se debió a un fenómeno incubado por el sistema: el abstencionismo; en 2018 fue del 40% en la CdMx, en Colima, Jalisco, Aguascalientes y Nayarit, no votó el 45%. En términos generales, no vota más del 50 % de los mexicanos… hasta que esa amorfa sociedad del abstencionismo despierte a las opciones que ofrece el sistema democrático… y las utilice.
Por lo tanto, sociedad dividida y abstencionismo serán los obstáculos a vencer en el futuro próximo… y para combatirlo está la voz ciudadana y la de los líderes de grupos organizados: la promoción del voto.
Esta será la consigna cívica en México: la unidad en propósito y objetivo, guardando en un clóset las ideologías, los prejuicios y las conveniencias particulares. Logrando así el equilibrio democrático.
Primero la eliminación del opresor arbitrario y destructor de las bases de la sociedad mexicana, luego los convenios y acuerdos en un ambiente más respirable.
Nuestro México fue en épocas precortesianas, víctima del colonialismo a causa de la desunión de las tribus originales; más tarde por las invasiones de las potencias europeas y por los Estados Unidos.
¿Cómo fue posible que unos cuantos cientos o miles de extranjeros tuviesen más fuerza que los millones de habitantes? Su fuerza estuvo en la desunión de los vencidos.
Contra las ideologías e intereses grupales… la unidad. Votos, no balas. _