La escuela en tiempos del covid-19
Cada semana aparecen, como partes de guerra, la cantidad de personas que mueren víctimas del covid-19, ese misterioso virus que surgió como un ente apocalíptico que ha cubierto la Tierra con negro manto.
El fenómeno epidemiológico ha trastornado prácticamente la vida de todos los seres humanos, con pocas excepciones gracias a enérgicas y oportunas reacciones de gobiernos en pocos países.
Ya suman un millón de muertos en el mundo; México se acerca a 80 mil. Las familias que cumplen con la cuarentena: provoca un fuerte extrañamiento en los niños en edad escolar; siete meses de encierro hacen mella en absolutamente todos, incluso en las autoridades mismas expuestas a larga espera.
El gobierno federal hace alegres cuentas al declarar hace meses “que ya vamos saliendo del hoyo”. Pero la pandemia es persistente y hasta la fecha ha desmentido su optimismo.
Sin embargo, regresar a clases es una demanda reiterada de ciertos segmentos sociales, algunos por razones materiales urgentes, como los dueños de diversas escuelas privadas que, entre la quiebra y la bancarrota, observan la migración de sus estudiantes al sector público.
Al parecer, la Secretaría de Educación Pública comienza a flaquear con la postura inicial de regresar a clases.
El secretario de Educación dijo que Campeche pudiera reanudar clases la próxima semana, pero el subsecretario López-Gatell afirmó que aún es demasiado pronto para apresurar la reapertura de escuelas, incluso en ese estado.
Aunque el secretario dejó la responsabilidad a estados y padres de familia, advirtió que considera, junto con la Secretaría de Salud, un protocolo para regresar a clases presenciales con el mayor cuidado. Por ejemplo, desinfección (y no sanitización), cubrebocas, filtros y otras medidas más; el regreso será gradual: la mitad de un grupo asistirá lunes y miércoles, y la otra martes y jueves.
El fin de semana sería para los alumnos que requieran más atención o que por diversas causas no pudieron aprovechar el programa Aprende en Casa II.
Lo que apunta la SEP es que no habrá un retorno a las aulas como en la escuela que se nos fue; será una modalidad híbrida porque alguien se hará cargo de los niños que no irán a la escuela los días que no les corresponda o cuando sus familias no les permitan asistir.
Ciertas acciones de la educación a distancia se harán práctica común. No tanto en preescolar y primaria, pero sí a partir de la secundaria.
Muchos maestros(as) aspirarán a seguir con el uso de las habilidades recién adquiridas.
Aunque otros suspiran por repatriarse a lo habitual.Como parte del desarrollo del niño es el juego, esto es lo que más extrañan y desde luego el contacto con sus maestros(as). _