Pandemia y Manipulación
Continúa Marcela Monje con sus certeras y sensatas conclusiones:
La clase política tiende a pensar que son todopoderosos; que lo que ellos dicen es la realidad y por lo tanto las personas tienen la obligación de acatar sus normas, sean ridículas o irracionales. Las grandes transnacionales siempre han trabajado para y por sus accionistas y han dejado de lado a los trabajadores, tratándolos como simples números dentro de las empresas. Me es inevitable comparar todo con la realidad de mi país, Chile. Después de que comenzaran los acontecimientos de revueltas allá, el año pasado, salió el presidente y dijo por cadena nacional que “estamos en guerra contra un enemigo poderoso”. Todos nos comenzamos a preguntar quién era “ese” enemigo poderoso; los de derecha incluso dijeron que todos queríamos volvernos Chilezuela; que los que estaban en contra del gobierno eran comunistas; que el pueblo quería todo gratis; que si congelaban este, u otro valor, la economía nacional se vendría abajo… las mil y una tretas para convencer a la gente que no estaba bien lo que el pueblo estaba pidiendo.
Los medios de comunicación han intentado manipular, de todas las formas que han podido, lo que está pasando; pero hay tanta comunicación en vivo, que la población no los dejó participar, los dejó en vergüenza en vivo y en directo. Decían que la prensa miente. La manipulación mediática fue evidente y ya no se les cree a los políticos, ni a los medios de comunicación. En Chile existen dos consorcios que manejan los medios de comunicación, transmitiendo lo que sus directivos permiten y nada más. Todos, de una u otra manera, lo suponíamos, pero después de los acontecimientos que pasaron en octubre del año pasado, se han hecho mucho más notorios, perdiendo estos medios la confiabilidad del público, desde esa fecha han aparecido muchísimos medios digitales, los que transmiten en vivo, sin cortes ni manipulaciones; en su mayoría son emitidos por personas que no tienen formación periodística y manejan el lenguaje de la gente común. Eso no significa que sean poco cultos o mal hablados, hablan directamente, considerando al receptor como un igual, tratan siempre de no sentirse superiores. A través de estos medios digitales nos enteramos de muchas realidades. Ellos transmiten en directo, y si comparas con la transmisión de la tv abierta te das cuenta de la gran diferencia en la entrega de la comunicación o información.
Las redes sociales han hecho transmisiones paralelas a los medios de comunicación. Éramos informados por gente muy culta de las etapas que continuaban, generalmente uno o dos días antes nos enviaban videos o comentarios donde nos decían: atentos, ahora viene esta etapa, donde ustedes verán estas imágenes en la tv y los encargados del gobierno dirán esto otro, por favor no confíen y busquen información, no caigan en el miedo y la manipulación psicológica. Y verdaderamente, tal cual, fueron manipulados los medios de comunicación en torno a las etapas de manipulación. Lo mismo sucede con la pandemia, las cifras son manipuladas, la información tergiversada, la población ya no confía más, solo basta con escuchar para entender lo incoherente del discurso emitido.
Dicen que la educación es poder, por eso necesitan un pueblo dormido y poco educado, para manejarlos como una masa humana que es fácil de dominar. Es verdad que en forma individual no se pueden hacer grandes cambios, más que a nuestro alrededor; pero cuando la masa despierta tiende a ser demasiado fuerte como para no ser escuchada y por lo menos yo sé que pasando todo esto, vuelvo a mi país, a mi casa y con mi gente, además de volver a la lucha social, ya que quizás en otros lugares la “cosa” se calme y las personas queden como una masa manejable, pero en mi tierra es tanta la rabia acumulada que ya se están preparando para volver a las calles y exigir que se respete a la ciudadanía como personas y no como número, la población está consiente que terminado todo este periodo volverá a las calles a exigir dignidad… y yo seré más activa dentro de los grupos contestatarios.