Equidad de género, simulación e hipocresía en el IEEM
Uno de los más graves problemas de las instituciones autoreferenciales como las electorales es el doble discurso. Autoreferenciales porque se han cerrado a la sociedad, sus integrantes son una especie de casta. Dichas estructuras se nutren de manera circular: INE-OPLES-Tribunales. Ejercen un doble discurso que contradice lo que se dice con lo que se hace. Es una forma de soslayar, encubrir y reforzar el costo de un discurso ideal frente a la realidad distinta.
El acoso y hostigamiento laboral, la violencia política contra las mujeres se sigue ejerciendo en las estructuras electorales. El ejemplo más lastimoso a nivel federal lo encarna la consejera del INE, Adriana Favela Herrera, que cuenta con varias denuncias por hostigamiento laboral. Todos saben que su comportamiento caprichoso incluye el maltrato a sus empleados, especialmente contra las mujeres que contrata.
Hay nutridas manifestaciones en su contra en el INE y denuncias en redes sociales. Sin embargo, en diversos foros nacionales e internacionales se presenta como defensora de las mujeres exaltando la equidad y la apasionada defensa de sus derechos. Recordemos que Favela no solo es una posición del PRI, sino del mismo grupo Atlacomulco. Por cierto, mentora y guía del consejero del IEEM Saúl Mandujano.
El IEEM lamentablemente transita en esa misma frecuencia. A pesar de haber creado la Comisión de Género y no discriminación, más como acto de simulación, son los propios consejeros y consejeras electorales quienes abusando de la relación de poder y autoridad que tienen sobre los demás servidores públicos electorales, sabemos que ejercen violencia y hostigamiento laboral. Hay muchas quejas, en particular contra la Consejera Electoral Daniella Durán Ceja. Ella, presuntamente, tiene un severo conflicto con las mujeres y acostumbra a evidenciarlas y maltratarlas públicamente.
Sorprende que una Consejera que se supone debe garantizar los derechos humanos de las mujeres y poner el ejemplo no tenga la mínima sensibilidad. Las agrede, discrimina y hostiga. He escuchado diversos testimonios que me cuesta trabajo acreditar sobre todo cuando el discurso hacia afuera del Instituto es por la equidad de género. Eso se llama hipocresía institucional y es inadmisible. ¿Cómo y bajo qué criterios se seleccionó a esta consejera? El INE, a pesar de todos sus filtros, ¿cómo permite que personas así lleguen a ocupar cargos de alta responsabilidad, sobre todo cuando tuvo una baja calificación en el proceso de selección? ¿Será también discípula y protegida de Adriana Favela? Seguro que sí. Siguen los tiempos tormentosos en el andamiaje electoral de México.