No tires comida. Estos trucos harán que las verduras aguanten durante mucho más tiempo

Si lo que quiere es que los productos se mantengan en perfecto estado durante mucho tiempo, lo primero que debe hacer es aprender a almacenarlos

Una de las situaciones en las que las apariencias definitivamente sí que importan es a la hora de comprar verduras. El olor, el color y la textura de una pieza puede decirnos todo lo que necesitamos saber para tomar la decisión acertada. Básicamente, lo que estamos buscando es que todos los vegetales que echemos al carrito estén turgentes, que tengan colores vivos y que no presenten ninguna lesión o ningún olor extraño.

Si nos guiamos por esta sencilla norma, conseguiremos que tanto el sabor como las propiedades nutricionales de las verduras que compremos sean las mejores posible. El mayor problema de comprar verduras es que -por lo general- no se mantienen durante demasiado tiempo en estas buenas condiciones. Al cabo de unos días, tanto las frutas como las verduras, se echan a perder… y no hay nada que podamos hacer para remediarlo… ¿o sí que lo hay?

¿Cómo aumentar el tiempo de conservación?

Puede sonar un poquito extraño, pero colocar adecuadamente los alimentos en el frigorífico puede ayudar a que se mantengan en buenas condiciones durante más tiempo. No se trata de colocarlos donde resulte más fácil cogerlos, sino de mantener cada producto a la temperatura ideal para su conservación.

Debemos entender que cada parte de la nevera tiene una temperatura y unas característcas diferentes. Por ejemplo, la puerta es la parte menos fría y además la más inestable de la nevera. Por eso es el lugar ideal para aquellos productos menos delicados como los botes de salsas, por ejemplo. En cambio, la zona más fría de la nevera son las baldas inferiores. Por eso todos los fabricantes colocan ahí los cajones para el almacenaje de frutas y verduras.

Un aspecto negativo de estos cajones es que parecen estar diseñados para mandar el mensaje de que las piezas de verdura pueden apilarse… y que no va a haber consecuencias por ello. Pero todos sabemos que esto no es así, porque todos hemos visto cómo las piezas que han quedado en el fondo del cajón tienden a estropearse mucho antes que el resto.

Idealmente, deberíamos evitar que las verduras entren en contacto con la pared de la nevera. El gondo de la nevera suele estar muy frío… y lo que sucederá con las piezas que estén en contacto directo es que se conservará a dos temperaturas diferente. Una fría y otra muy fría. Ni que decir tiene que eso es muy agresivo y muy poco recomendable para la verdura o para la fruta en cuestión.

Si tenemos tiempo y no tenemos un plan para cocinar o consumir alguna pieza en los próximos 2 o 3 días, convendría que las guardásemos en el interior de una bolsa de congelación en la que habremos metido también un poco de papel absorbente de cocina. El mayor problema para la conservación de muchos vegetales es que exudan agua cuando están almacenados. De esta forma, el papel de cocina abserberá la humedad y evitará que las bacterias properen en contacto con las verduras.

¿Cómo debemos conservar las cebollas y las patatas?

Tanto las cebollas como las patatas crecen bajo tierra. Y eso hace que compartan preferencias a la hora de almacenarse. Ambas prefieren espacios secos, oscuros, ventilados y frescos. Ahora bien, el hecho de que quieran vivir en el mismo edificio, no significa que sean buenas vecinas. El gas etileno es una hormona vegetal que afecta al crecimiento de las plantas… haciendo que estas maduren a una mayor velocidad.

Hay una serie de verduras, frutas y tubérculos que producen gas etileno de forma natural, como las manzanas, los aguacates, los albaricoques, etc… y como no, también las patatas y las cebollas. Por eso, si coloca un producto que produce etileno cerca de otras frutas y vegetales que no lo producen… estas madurarán mucho más rápido de lo esperado.

No es algo necesariamente malo. Simplemente significa que su “vida útil” será más corta y que debemos consumirlo cuanto antes. De hecho, esto puede ser muy conveniente en algunas situaciones. Por ejemplo, si hemos ido al supermercado y hemos comprado unos plátanos demasiado verdes porque eran los únicos que quedaban... lo que podemos hacer es guardar una manzana junto a los plátanos. De esta forma, estén perfectos al día siguiente.

Ahora bien, si lo que quiere es que los productos se mantengan en perfecto estado durante mucho tiempo, lo que nunca debe hacer es almacenarlos junto a otros productos que produzcan etileno. Es lo que ocurre con las patatas y las cebollas. Ambos alimentos producen etileno, por lo que ambas madurarán mucho rápido… y solo por haberlos almacenado en el mismo espacio.

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